El CE Europa ha decidido presentar batalla para garantizar que su fútbol base pueda seguir compitiendo en el campo municipal del Àliga, una instalación clave para la práctica deportiva en el barrio de El Coll, en el distrito de Gràcia.
El club ha denunciado públicamente el trato "injusto" y "arbitrario", que consideran, han recibido por parte del distrito que lidera Laia Bonet, que ha declarado desierta la licitación de la concesión para la gestión del recinto deportivo, excluyendo la propuesta de Europa por motivos que la entidad eskapulada considera "infundados".
"Nos sentimos perjudicados", asegura el presidente del club, Hèctor Ibar, en conversación con Metrópoli.
Dos ofertas por la licitación
En el procedimiento de licitación por el campo del Àliga se recibieron dos solicitudes de participación: una de la Peña Barcelonista Barcino, actual gestora de la instalación, y otra del club europeísta, que actualmente es usuario de las instalaciones abonando un alquiler al actual gestor.
Sin embargo, ninguna de las dos superó el proceso. En el caso de Barcino, su propuesta inicial no incluía la cuenta de explotación anual, un documento obligatorio según los pliegos. Cuando se le requirió su presentación, la Penya entregó una versión que alteraba el importe de la oferta económica presentada inicialmente, lo que se consideró una vulneración grave de las normas de la licitación y supuso su exclusión automática del proceso.
Un campo de fútbol en la ciudad de Barcelona en una imagen de archivo
Por otro lado, el distrito de Gracia ha justificado la exclusión del CE Europa argumentando que su propuesta presentaba una "incongruencia" con las bases de la licitación.
Concretamente, apuntan fuentes municipales consultadas por este digital, el club justificó los importes de las mejoras ofertadas con una duración de cuatro años, cuando los pliegos reguladores establecían que la justificación debía hacerse por un período de dos años.
El Europa rechaza la resolución
Según un comunicado oficial difundido por el club, el distrito ha rechazado su candidatura alegando irregularidades económicas en la propuesta presentada, una interpretación que el CE Europa considera "errónea" y "carente de base técnica".
"Desmentimos rotundamente que nuestra propuesta no se ajustara a las bases de la licitación", defiende el club, que asegura no haber recibido ninguna petición de enmienda o aclaración por parte del Ayuntamiento, tal y como es habitual en estos procedimientos.
En conversación con este digital, el presidente de la entidad, Hèctor Ibar, ha lamentado que los responsables de la licitación no se hayan dirigido a ellos para esclarecer un dato que "han interpretado como han querido", asegura haciendo alusión a los años de vigencia del futuro contrato y sus posibles prórrogas.
Camp de l'Àliga, donde disputan sus encuentros algunos equipos del CE Europa / WIKI
Instalaciones municipales del Europa
Fuentes del club muestran perplejidad ante lo que interpretan como un "nuevo capítulo de agravio institucional", que contrasta con la colaboración fluida que aseguran mantener con el Institut Barcelona Esports (IBE) y la Concejalía de Deportes del Ayuntamiento.
El CE Europa anunció tras conocerse su exclusión que barajaba emprender acciones legales para revertir la decisión y preservar el acceso al campo. Aunque dicha opción ha quedado congelada por el momento, apuntan desde el club, sí que se han movilizado para llevarlo al pleno del distrito.
Ibar ha destacado que el club mantiene la concesión de la gestión del Nou Sardenya, otorgada por 100 años.
El distrito de Gràcia, señala, únicamente dispone de estas dos instalaciones para la práctica de fútbol federado, por lo que, en caso de hacerse con la gestión de este segunda instalación, la entidad eskapulada controlaría ambas. "Entendemos que no quieran que tengamos la gestión de todas las instalaciones", asegura Ibar.
Césped artificial del Nou Sardenya
Eso sí, la propuesta es mantener el cuadrante actual y permitir que todos los clubs que entrenan y disputan partidos en esta instalación, como el Sarrià, lo pueda seguir haciendo. El gran cambio, apuntan desde el Europa, es que se pasaría de pagar el alquiler, a cobrarlo, por lo que se reducirían gastos y se aumentarían ingresos.
Nueva licitación
Consultadas por Metrópoli, fuentes municipales han asegurado que se van a volver a iniciar los trámites de la licitación "de forma inmediata" para que se puedan presentar las dos entidades barcelonesas que se han presentado a la licitación desierta, aunque no han dado más detalles sobre las fechas exactas.
Desde el club, eso sí, aseguran que ya se les ha comunicado que no será hasta septiembre, una vez ya se haya empezado la temporada, lo que dificulta y entorpece su planificación.
El estadio del Nou Sardenya del CE Europa
Una instalación clave
El campo del Águila es vital para el funcionamiento de la cantera del CE Europa, que cuenta con cientos de niños y jóvenes de varios barrios de Barcelona.
El acceso a estas instalaciones municipales es fundamental para garantizar la continuidad del proyecto deportivo, social y educativo que representa al club, más en el momento de expansión en el que se encuentra el equipo de la Vila de Gràcia.
El club goza de buena salud institucional, y a novel social vive "el mejor momento de su historia", asegura su presidente, Hèctor Ibar. "Seguiremos defendiendo los derechos del club y del deporte de base", añaden desde la entidad.
Relación con el Ayuntamiento
Desde el Europa han manifestado que han encontrado una diferencia notable entre el trato que creen que reciben del Ayuntamiento respecto al del distrito liderado por Laia Bonet.
El club mantiene una línea abierta de trabajo con el consistorio para encontrar una solución que le permita seguir disputando sus partidos en el Nou Sardenya, su estadio histórico.
El estadio del Nou Sardenya del CE Europa
La nueva normativa de la Primera RFEF exige que todos los terrenos de juego sean de césped natural, mientras que el campo de Gràcia cuenta actualmente con una superficie de césped artificial. La presencia de un parking subterráneo bajo el terreno de juego y el elevado coste de la reforma dificultan la viabilidad de un cambio inmediato.
Pese a la incertidumbre, desde el club aseguran que no se rendirán. “No vamos a desfallecer en el intento de quedarnos en el Nou Sardenya, somos la resistencia”, afirma el presidente europeísta.
El club confía en poder cumplir con la normativa antes del 15 de enero de 2026, fecha límite fijada por la federación para adaptar las instalaciones, aunque fuentes municipales confirman que el Ayuntamiento está trabajando conjuntamente con Europa para explorar los escenarios posibles.
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