Sin hacer nada y sin poder ofrecer su ayuda. Esta es situación en la que se encuentran actualmente los miembros de la Unidad de Ingenieros del Ejército procedentes de Salamanca. “La prioridad es ayudar a la gente que lo necesite cuanto antes. No poder hacerlo rápido te genera impotencia”, explica uno de los miembros.

Según informa este jueves Crónica Global, fuentes cercanas a estos militares, a los que se ha encomendado habilitar la pista cubierta de atletismo de Sabadell (Vallès Occidental) para instalar un hospital de campaña con unas 300 camas antes del 10 de abril, explican que el día perdido que ha pasado por el bloqueo de la Generalitat “son vitales”, pues las fuerzas armadas no improvisan porque "la logística se estudia mucho y tenemos mucho que hacer. Dejar una cosa para hacer otra es fatal”, aseguran.

RECHAZO

El pasado lunes esta unidad empezó a trabajar en Sabadell, conscientes de que no son bienvenidos por una parte de la sociedad en Cataluña. Eso sí, ellos no van a entrar en valoraciones políticas, aunque saben que miembros del Gobierno catalán han rechazado su presencia varias veces. Las fuerzas armadas, desde el punto de vista del independentismo, forman parte del "Estado represor". De ahí la hostilidad que les procesan.

“Pero ayudar a quien tiene prejuicios es la mejor forma de darnos a conocer porque así borramos la imagen que tienen de nosotros. Que la gente vea el trabajo que hacemos”, indica un militar que lleva más de 14 años destinado en Cataluña y que ha estado en contacto con sus colegas salmantinos.

MALESTAR EN LA UNIDAD

A este grupo no le sorprende la posición del Ejecutivo catalán aunque sienten "malestar porque se está jugando con las vidas de la gente”, afirman voces desde dentro de esta unidad del Ejército de Tierra. 

CatSalut había dado el visto bueno a las obras pero el miércoles por la mañana cambió su opinión al respecto y aseguraba que el diseño era “demasiado militar” (eran tiendas de campaña con dos camas), por lo que notificó a la alcaldesa de Sabadell, Marta Farrés, que las instalaciones se tenían que parar para colocar paneles separadores.

A última hora de la tarde, esos paneles no habían llegado todavía, pero según han expresado los soldados al Ayuntamiento vallesano, están dispuestos a trabajar “haciendo las horas que haga falta”.

PROBLEMAS CON EL ALOJAMIENTO

Pero el Govern tampoco se lo está poniendo fácil en cuanto a cuestiones relacionadas con el alojamiento. Su horario será de 8 de la mañana a 1 de la madrugada y CatSalut ya ha informado de que no piensa pagarles la estancia en un hotel, tal como hace con médicos y personal del Parc Taulí que salen tarde de trabajar y no pueden ir a casa. 

En definitiva, se trata de otro episodio que prueba el desencuentro entre el actual Gobierno catalán y las Fuerzas Armadas. En este caso, en plena lucha contra la pandemia por el coronavirus.

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