Las administraciones públicas tienen la obligación de dar respuesta a las necesidades de los ciudadanos. Y esa respuesta debe ser ágil, útil, directa y eficaz siempre, pero sobre todo ante una emergencia sanitaria como la que ha provocado el Covid-19 con gravísimas consecuencias económicas y sociales. Ahora, más que nunca, se necesita un impulso metropolitano para dar una solución metropolitana.

El Área Metropolitana de Barcelona (AMB) debería tener un papel relevante que actualmente no tiene porque le falta liderazgo. Su presidenta es Ada Colau, a quien le corresponde el cargo por ser alcaldesa de Barcelona, pero que ni se ha preocupado por ejercerlo de forma activa y proactiva al igual que el PSC. ¡Quién lo ha visto y quién lo ve! Este partido ha pasado de defender la utilidad de la AMB, a convertirla en una mera administración llena de trámites burocráticos, con una gestión ineficaz y muy, pero muy alejada de los vecinos de los municipios que la integran. 

Junto a los comunes de Colau y el PSC, también forman parte del gobierno metropolitano ERC y JxCAT, que no comparten ni un solo un objetivo común y que solo se han dedicado a subir las tasas, los impuestos y aumentar un 30% el presupuesto destinado a la publicidad. Han cometido errores tan graves como calcular erróneamente el tributo metropolitano que afecta a 18 municipios (los que pasaron de la Zona 2 a la Zona 1). Los vecinos han tenido que pagar un impuesto mal calculado, sin saber el destino del dinero que pagan y sin contar con los servicios que ya tienen otros municipios que pagan el impuesto hace años.

El gobierno de la AMB debe rectificar. Debe garantizar la igualdad de oportunidades en todo el territorio y para ello lo primero que tiene que hacer es adaptar los presupuestos a la emergencia actual. Los ciudadanos no pueden soportar más presión fiscal, muchos de ellos sufren las consecuencias de la pandemia y han visto como de un día para otro su situación económica ha cambiado. El AMB no puede permanecer ajeno a este contexto.

Por ello, desde Ciudadanos, proponemos congelar las tasas e impuestos, racionalizar la estructura tanto del AMB como de las empresas asociadas y rebajar los gastos que no sean imprescindibles, como es el caso de los destinados a la publicidad.

El AMB debe ser capaz de transformarse y hacer cambios urgentes para poder abordar los grandes retos a los que nos enfrentamos, no solo ante la crisis provocada por el coronavirus, sino a las demandas actuales que ameritan una visión más transversal e integrada.

Hace falta voluntad política, sin ella será imposible ser útiles a todos los ciudadanos del Área Metropolitana de Barcelona.

 

Marilén Barceló es concejal de Ciutadans en el Ayuntamiento de Barcelona desde el año 2015