Hace tiempo que los autobuses interurbanos que cruzan Sant Cosme se convirtieron en una diana donde algunas personas practican su puntería. Las piedras impactan contra el cristal delantero del conductor, también en los laterales, en el acceso de los pasajeros. En las últimas semanas, los ataques se han recrudecido. Ahora vuelan ladrillos que provocan graves daños en los cristales y representan un peligro evidente para los usuarios del transporte público.
"Es endémico, pero ahora se ha hecho más notorio", señalan fuentes del servicio de autobuses. El Ayuntamiento del Prat de Llobregat, Mossos d'Esquadra, Policía Local y TMB mantienen reuniones sobre este problema de inseguridad. Desde diciembre también han regresado las agresiones a conductores.
EL BUS, COMO PARTE DEL 'SISTEMA'
El aumento de estos tipos de ataques tiene lugar después de varios operativos policiales contundentes contra el tráfico de drogas en el barrio del Prat. El 17 de diciembre, la policía catalana desmantelaba dos bares que se usaban para el tráfico de sustancias. "Saben que los autobuses son parte del sistema y van a por ellos", comentan, desde uno de los operadores de bus que circulan por la zona. Consideran que los lanzamientos de piedras son una manera de "quejarse" por las actuaciones policiales que cortan el ingreso económico que proviene de la venta de estupefacientes.
Desde el Ayuntamiento del Prat, liderado por Lluís Mijoler (El Prat en Comú), confirman los ataques, que han conocido a través de algunos conductores, aunque matizan que también tienen lugar en otros barrios de la ciudad. "La policía local está al corriente y dedica personal y atención a este fenómeno", señalan fuentes municipales.
DOS ATAQUES
Los Mossos confirman que existen episodios en otros rincones de la ciudad. Este domingo hubo dos lanzamientos de piedras: uno en Sant Cosme (avenida Onze de Setembre) y otro en la ronda de Llevant, en la otra punta de la ciudad, a unos metros de Barcelona.
Unas fotografías muestran los daños en uno autobús del servicio de noche en el último ataque cometido este domingo. El fuerte impacto en la parte delantera del vehículo solo se consigue lanzando una piedra de grandes dimensiones, o bien un ladrillo de obra, como denuncia este empleado. Por el barrio circulan tres líneas de la empresa Baixbus y dos de TMB que conectan a la ciudad metropolitana con Barcelona y otros municipios como Gavà y Castelldefels.
Los ataques tienen lugar durante el fin de semana. Durante estas semanas las mismas fuentes del servicio de bus calculan que se producen entre cuatro y seis actos vandálicos cada semana. Sustituir una luna de un autobús cuesta entre 3.000 y 4.000 euros.
'NO SE VIVE COMO UNA ALARMA'
La Asociación de Vecinos Sant Cosme y Sant Damián muestra su rechazo contra esta forma de vandalismo. "Estamos en contra de que se lancen piedras. Es un acto incívico contra gente que está ejerciendo su trabajo. La policía debe tomar medidas", reclaman fuentes de la entidad vecinal. En diciembre, los vecinos trasladaron al Ayuntamiento su preocupación por estos sucesos. Desde la AAVV explican que los ataques "no se viven como una alarma", que suceden por rachas y piden "sanciones" para los responsables.
TMB, el operador del transporte público de Barcelona, asegura que en enero solo han detectado un lanzamiento de piedras contra sus autobuses. Ocurrió el día 16 contra un autobús de la línea 65 y no se producieron daños en el vehículo. Se trata de "actos producidos de manera localizada" y, principalmente, cometidos por menores, según fuentes del servicio.
Cuando ocurren se establecen protocolos de actuación que incluye el aviso a la policía y el bus se desvía "el tiempo necesario para restablecer las condiciones idóneas de circulación sin peligro para usuarios y conductor". Los buses no pueden seguir su ruta con los cristales rotos y los pasajeros se ven obligados a abandonar los vehículos. La ciudad que lidera Mijoler fue noticia el 18 de diciembre por otro episodio de lanzamiento de piedras, esta vez, contra los agentes de policía que custodiaban la comisaría de los Mossos d'Esquadra. Los ataque sucedieron también en Sant Cosme después un operativo policial contra plantaciones de marihuana.
ALTOS NIVELES DE DELINCUENCIA
TMB se reune periódicamente con el Ayuntamiento del Prat y su policía local para trabajar en un protocolo que facilite una circulación "segura" de los autobuses que cruzan el municipio barcelonés. La empresa pública también impulsa sesiones de "concienciación y educación en valores" destinados a los vecinos más jóvenes dentro del programa TMB Educa.
La delincuencia en el Prat (65.385 habitantes) alcanzó datos preocupantes durante 2019 cuando las 168 infracciones penales por cada 1.000 habitantes superaron a las 122 infracciones de Barcelona (1,6 millones de habitantes). Ese año se cometieron 292 sustracciones de vehículos, 253 casos de tráfico de drogas, 172 robos con violencia e intimidación y 160 robos con fuerza en domicilios, establecimientos y otras instalaciones.
Desde el consistorio subrayan que los datos que refleja el Ministerio de Interior anualmente no reflejan la realidad con exactitud. ya que se incluyen los delitos cometidos en el aeropuerto del Prat. Aseguran que el Gobierno mezcla los datos de los delitos detectados en la infraestructura (localizado en el municipio), como pueden ser las decomisiones de droga, con las infracciones del municipio.