La Fiscalía ha solicitado 15 años de prisión para un ex entrenador del Club de Béisbol y Sóftbol de Sant Boi acusado de abusar sexualmente de tres alumnas a las que impartió clases en 2018.

La Audiencia de Barcelona ha juzgado por tres delitos de abusos sexuales a Juan Enrique G.L., quien ha negado haber realizado cualquier acto físico intencionado sobre las menores. Pese a ello, sí que ha reconocido ser autor de varios mensajes de Whatsapp en los que les sugería tocamientos y prácticas sexuales.

"Puedo ser tu profesor en todo", "¿Te ha gustado cómo te he tocado el culo y más?" o "Te voy a comer esos morros" son algunos de los comentarios que las menores llegaron a recibir en sus teléfonos móviles.

ENGAÑO A LAS VÍCTIMAS

Los hechos se concentran en dos ocasiones durante el mes de julio de 2018, cuando el acusado engañó a las víctimas y consiguió que fueran a su casa o quedaran con él a solas, aprovechándose de la confianza que sus madres habían depositado en él como entrenador de sus hijas.

"Me escribió para saber si mi hija podía ir a su casa a cuidar a su hijo pequeño y que luego la llevaría al entreno, yo le dije que estaba con una amiga y él me dijo que no había problema, que vinieran las dos, que podían ir a su piscina", ha declarado una de las madres de las menores. Una vez en la piscina, la menor ha explicado que el acusado le tocó en dos ocasiones los genitales por debajo del agua y que, por la tarde, le preguntó por mensaje si le había gustado.

Otra de las menores ha relatado que un día su ex entrenador la engañó para quedar antes del entrenamiento e ir con su coche a buscar comida a un establecimiento de comida rápida. Al recogerla, fueron a comérsela a un polígono industrial, donde el acusado le dio un beso con lengua e intentó tocarle los muslos. Una tercera menor ha denunciado que el acusado también les daba palmaditas en los glúteos habitualmente, e incluso a veces las agarraba cuando pasaban por el túnel de bateo.

DENUNCIA FORMAL

Las madres de las tres menores informaron de los hechos al club, que les pidió que presentaran una denuncia formal para poder activar el protocolo correspondiente y apartó al acusado como entrenador.

La última de las madres en denunciar llegó a hablar tras los hechos con el acusado, quien se mostró arrepentido por lo ocurrido y le pidió que no le denunciara. El acusado también llegó a escribir a las menores para que borraran las conversaciones que habían mantenido.

Al margen de la pena de cárcel, la Fiscalía también solicita que se prohíba al acusado aproximarse a menos de un kilómetro de las menores por un período superior a dos años a las penas de prisión impuestas, así como una indemnización de 1.000 euros para las menores por parte del acusado, de la que el club respondería como responsable civil subsidiario.

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