Esquerra Republicana dibujó una estrategia con Oriol Junqueras y la cumple, pese a los nubarrones que, de vez en cuando, aparecen en las cabezas de sus dirigentes. La intención de minimizar a Junts per Catalunya y captar el voto soberanista de izquierdas, como la fuerza política “útil” de todo ese espacio, cobra sus frutos. Es lo que indican los distintos sondeos, los que ha elaborado Electomanía para Metrópoli y que dejan un escenario diáfano: ERC logra eliminar a los postconvergentes en el área metropoliana y establece un mano a mano con los socialistas, que todavía es muy desigual en algunos feudos metropolitanos, como L’Hospitalet.
En la segunda ciudad de Cataluña, los republicanos obtendrían el 16,9% de los votos, un porcentaje respetable, pero lejos del 41% del PSC, con su candidata –alcaldesa- Núria Marín al frente. Pero el objetivo de constatar que no hay otra fuerza política soberanista que le haga sombra se cumple con claridad. Junts per Catalunya se quedaría fuera del consistorio, con el 3,5% de los sufragios, por debajo del necesario 5% que garantiza la representatividad.
Lo mismo sucede en Badalona, la tercera ciudad de la comunidad. Los republicanos aquí sí compiten con los socialistas. Es un caso particular, con el PP de Xavier García Albiol encaramado a la primera posición desde hace años y a mucha distancia del resto. Pero en esa segunda fila, ERC lograría hasta siete concejales, por los cinco del PSC. La particular guerra en el bando independentista, sin embargo, la vuelve a ganar Esquerra, porque Junts per Catalunya se quedaría con dos concejales, aunque subiría un edil en comparación con las elecciones de 2019. Es la única ciudad metropolitana en la que JxCat conservaría representación.
La tendencia es clara, aunque todos esos sondeos marquen ahora una fotografía que podría cambiar cuando se acerque la fecha electoral. El politólogo Oriol Bartomeus señala que cada vez esa distancia es mayor, y que los electores solo toman posiciones a muy pocas semanas de los comicios. A su juicio, “el marco ahora son las elecciones generales, con las expectativas que ha generado Alberto Nuñez Feijóo en el PP, y pendientes de Pedro Sánchez, en el campo socialista, y de Vox, entre el electorado más a la derecha del PP”. Pero señala que ERC avanza en el área metropolitana y que JxCat puede vivir un auténtico calvario.
POSICIÓN MARGINAL
La batalla que le interesa a Esquerra la está ganando con creces. El espacio postconvergente se derrumba, a la espera de que el congreso del 4 de junio pueda resituar estrategias y esfuerzos. Sin embargo, el fenómeno no es nuevo. En las últimas municipales, Junts per Catalunya ya quedó en una posición muy precaria. Los exconvergentes han retrocedido en el área metropolitana, con resultados inferiores a los que tenía en los años de Jordi Pujol.
Entonces, como apuntan los expertos, se producía siempre un mismo patrón: buenos resultados o, por lo menos, respetables guarismos, en los centros urbanos de las ciudades metropolitanas, y desastrosos a medida que se tomaba el pulso a los distintos barrios de las localidades. Con las asociaciones de comercio y entidades cívicas muy trabajadas, con una proximidad constante, la antigua CiU lograba apoyos notorios, que, en todo caso, nunca eran suficientes para competir con el PSC. Pero es que ahora la posición es marginal, fuera del consistorio, como ocurre en Santa Coloma de Gramenet, o como auguran los sondeos en L’Hospitalet. En Santa Coloma, precisamente, ERC quiere situar como candidato a Gabriel Rufián, un rostro popular, y que dirige el grupo parlamentario de los republicanos en el Congreso. Es la cara que debe simbolizar, para Esquerra, ese asalto al área metropolitana.
Las elecciones municipales en mayo de 2023 “serán un duelo entre ERC y PSC que ganarán los socialistas”, admite una fuente de JxCat, dando por descontado que los postconvergentes quedarán muy alejados de esa lucha y que se concentrarán en ciudades medias y pequeñas de la parte central del territorio catalán.
UN MAPA A DOS EN TODA CATALUÑA
La estrategia ganadora de ERC, frente a su competidor en el espacio nacionalista-independentista, se evidencia con fuerza en Barcelona. En la capital, y como el gran pastel que todas las fuerzas políticas anhelan, ERC está en posición de ganar las elecciones y obtener la alcaldía con Ernest Maragall. El sondeo de Electomanía para Metrópoli le otorga 13 concejales, por 11 del PSC y 10 ediles de los comunes. Junts per Catalunya, que no tiene candidato o candidata, después de la renuncia de Elsa Artadi, se quedaría con los actuales cinco regidores.
Esa es la fotografía, una ‘paliza’ de ERC a Junts per Catalunya en Barcelona y en toda el área metropolitana, y con el ánimo de competir con el PSC. Esa situación explica que las dos fuerzas políticas se miren de reojo y no tengan planes para llegar a acuerdos de gobernabilidad. Son adversarios políticos, que dibujan una nueva Cataluña, partiendo de esa realidad metropolitana.