"Entre los okupas, las prostitutas y los robos, lo que menos me preocupan son los muebles que están tirados por la calle". En una frase, este vecino del barrio de Fondo en Santa Coloma de Gramenet resume a Metrópoli las grandes preocupaciones de los residentes. Y es que la zona suele ser noticia por la cantidad de actos delictivos que se suceden a diario.
Fondo es el barrio con más habitantes de todo el municipio y también alberga distintas comunidades que, con el paso de los años, han ido asentándose: en los años 60 vinieron de Andalucía, en los 90 llegaron del norte de África y la última hornada procede de China. "Con cada ola migratoria esto ha evolucionado", explica Miguel Padilla, regidor de Ciudadanos y el único político local vecino de Fondo. "Antes esto era un punto importante del AMB porque está bien conectado. Ahora, la gente se va a vivir fuera". Autobús y metro (es la última parada de la L1) lo conectan con Barcelona, aunque los residentes ya lo consideran un "gueto".
UN CÓCTEL DE POBREZA
Varias vecinas y vecinos comentan a este medio su día a día. Y lo hacen en la plaza del Reloj, centro neurálgico del barrio, donde antes se ubicaba el gremio de relojeros, ahora ya inexistente. "A mí me han intentado matar y me han amenazado 50 veces", dice Juan, que se ha enfrentado en diversas ocasiones a ladrones y a okupas. "Cada día hay peleas con borrachos que no nos dejan dormir", explica otra vecina.
Dimas Gragera, el líder de Ciudadanos en Santa Coloma, aporta un dato importante: la ciudad es la segunda con la renta más baja de toda Cataluña. El acceso a la vivienda, dice el político, es más asequible. Todo ello forma un "cóctel de pobreza" que allana el terreno para la delincuencia.
ENFRENTAMIENTOS CON CLIENTES
Metrópoli hizo hace unos meses una radiografía de la prostitución callejera en el barrio. Un problema que está en boca de todos los vecinos. "Hay muchísimos pisos de prostitución", asegura otra residente que relata cómo en una ocasión echaron a los clientes con sus propios métodos. La vecina de la calle Milà i Fontanals empezó a grabar con su teléfono a todo cliente que se acercase. "Hombre que venía, hombre que echábamos", explica. Una anécdota divertida de este enfrentamiento con la mafia china que regentaba la vivienda: algunos de los clientes eran conocidos del barrio.
Y sigue pasando. La calle Mozart o la calle Dalmau son testigos de esta prostitución. Sin ir más lejos, un hombre murió el pasado abril en uno de estos locales, durante un encuentro sexual de estas características.
PELEA CON SILLAS VOLANDO
Las fiestas de barrio suelen ser ocasiones especiales en las que la gente se reúne y celebra. En Fondo no es así. El pasado 26 de junio se improvisó un escenario en la misma plaza del Reloj. Una cantante amenizaba la noche. Entre el público solo dos personas, dos hombres que se peleaban.
Las tristes imágenes circularon por redes y fue Gragera quien dio a conocer el curioso dato: los dos implicados se habían peleado horas antes. "Volaron sillas y tuvimos que intervenir unos cuantos ciudadanos que estábamos por aquí", explica el de Ciudadanos. "Es lo habitual", remarca uno de los vecinos.
"EL PROGRESO PASA POR MARCHARSE"
El regidor Miguel Padilla lamenta que "el progreso en este barrio pase por marcharse de aquí". Y es que la juventud no se queda en la zona. "Este es un barrio en depresión", califica Padilla.
Desde el partido aseguran que el gobierno municipal ha dado por perdido la rehabilitación de Fondo. Hace unos años se destinaron 170.000 euros para un Plan de Reactivación, "cuatro fiestas" y algunos eventos culturales que no lograron su objetivo.
PÉRDIDA DE COMERCIOS TRADICIONALES
Algo que también afecta a la convivencia de los vecinos es la pérdida de los comercios de toda la vida. Quedan pocos y uno de ellos es la ferretería de la plaza. ¿Cómo se adaptan a la degradación de la zona? Este negocio ha optado por instalar unas pequeñas vallas en el exterior del local, para no atraer la prostitución ni a personas que puedan instalarse improvisadamente.
El trabajador del negocio, que atiende a Metrópoli, también recuerda el mercadillo de los sábados, que hace años atraía a gente de toda Cataluña. "Ahora no vienen para que no les roben", lamenta el hombre.
Las calles del barrio están inundadas de negocios extranjeros, especifican los vecinos. "Los hay que no molestan, pero otros dejan las cajas o las furgonetas en medio de la acera. Les dices que lo recojan y encima te contestan mal", explica una vecina.
BOTELLONES EN LA RAMBLA DEL FONDO
El paseo más céntrico tampoco se libra. Una residente de la calle denuncia los botellones que organizan algunos jóvenes a altas horas de la madrugada, "y no solo entre semana". "Hacen sus necesidades en medio de la Rambla y es un sinvivir", relata la mujer.
A tan solo unos metros, el ascensor de la parada del metro de Barcelona mencionada con anterioridad aparecía con una gran mancha de sangre este martes por la tarde, aunque se desconocen, por ahora, las circunstancias.
"EL GOBIERNO MUNICIPAL NO ES CAPAZ"
Dimas Gragera, nacido en Fondo, explica que, para su partido, el primer paso para recuperar el barrio es "cambiar el gobierno municipal". "Lo ha gestionado con dejadez, con falta de seguridad, inversiones y sin apoyo al comercio local. Apenas hay actividades culturales. Por lo tanto, no está capacitado para llevar a cabo una reconstrucción del barrio", explica el portavoz del grupo político.
Ciudadanos realiza cada primer miércoles de mes una asamblea permanente en la que el vecindario expone sus preocupaciones. "Conozco a la gente y conozco los problemas", asegura Gragera, que tampoco cree que se puedan solucionar rápidamente, sino que apuesta por una transformación profunda y gradual.