"Camaradería, compañerismo y coordinación". Son los valores que el sargento Iván Nogales destaca al inicio del briefing de la tarde, a las 18:00 horas, en la comisaría de la Policía Local de Santa Coloma de Gramenet. Seis agentes, integrantes de la Unitat de Suport i intervenció Ràpida, la USIR, escuchan a su superior mientras esperan las directrices del turno, un jueves cualquiera. Ese día se les felicita excepcionalmente por unas jornadas realizadas en Manlleu, "donde nos tienen como referencia", apunta, en cierta manera orgulloso, Nogales.
Desde la creación de la unidad, en junio de 2020, un total de 14 policías patrullan las calles del municipio, de más de 120.000 habitantes, con el objetivo de garantizar la seguridad ciudadana de una forma más "avanzada". "Nos hemos especializado en la apertura de inmuebles", explica el sargento que, como es costumbre, canta las novedades del día y expone en una diapositiva los rostros de los criminales más peligrosos que podrían rondar Santa Coloma. Metrópoli acompaña a la unidad para conocer de primera mano el patrullaje de los agentes colomenses al caer la noche.
FURGONETA NEGRA
Como en el caso de la Omega de Badalona, el municipio vecino, la USIR cuenta con una furgoneta negra equipada con todo tipo de material. El sargento abre las puertas traseras del vehículo, aparcado en el exterior de la comisaría, que se emplaza en el barrio del Raval, para mostrar y enumerar uno a uno todos los elementos con los que trabajan. "Tenemos un ariete, cizallas, un sistema hidráulico de apertura de puertas, escudos de orden público, también de contención para intervenir con personas agitadas, bridas...".
Sin embargo, la USIR huye del estereotipo de "antidisturbios": "No tenemos competencia en orden público, pero tenemos formación y elementos para contener a la masa". Nogales lo compara con la Unidad de Refuerzo para las Emergencias y la Proximidad (UREP) de la Guardia Urbana de Barcelona: "Asistimos a unos cursos específicos, como ellos". El sargento fue, de hecho, el artífice de la unidad tal y como se la conoce a día de hoy. La alcaldesa Núria Parlon le encargó el proyecto y él la montó. Para ello, puso su mirada en Málaga, donde tomó como referencia a una unidad del cuerpo local andaluz. "Tenía claro que no quería a los típicos machacas de gimnasio". Por ello, Nogales se esmera en las entrevistas que él mismo realiza a los aspirantes: "Selecciono a los recién graduados en la academia, gente joven con dotes comunicativas que tengan ganas de trabajar". Personas no contaminadas y dispuestas para la acción.
CONTROL DEL TRÁFICO
Esa noche los agentes se dividen en tres "íberos", nombre escogido para hacer gala del origen de los ciudadanos: la citada furgoneta y dos coches patrulla. Circulan sin prisa porque "no hay ningún servicio urgente". Tiene explicación: el Real Madrid y el Barça se disputan esa noche un partido de la Copa del Rey. "Está todo el mundo en los bares", explica uno de los agentes, que recalca la tranquilidad de la emisora, siempre alterada por las decenas de voces de los compañeros o por la comunicación de la frecuencia de los Mossos d'Esquadra.
Se decide montar un control de tráfico, algo habitual, en una de las calles con más frecuencia de paso porque conecta Santa Coloma con Badalona y Sant Adrià. Así, los tres vehículos se dirigen a la avenida Mossèn Josep Pons i Rabadà, la carretera donde se ubica la Fundación Hospital del Espíritu Santo. Los pacientes ingresados se asoman a las ventanas, curiosos, mientras los agentes retiran los pivotes que separan ambos sentidos de circulación y preparan el control. ¿Cuál es el criterio para dar el alto a los conductores? Depende de los "indicios gestuales". "Cuando alguien se pone tenso o parece nervioso, nosotros lo notamos", explica el sargento Nogales, con un amplio historial de experiencia en la policía y que denota su rango luciendo una boina negra. Sin embargo, esa noche quien juega un papel clave es uno de los agentes, que se sitúa con el coche unos metros más atrás. El policía será el encargado de dilucidar los gestos citados y cantará al grupo cuáles son los vehículos que convendría parar.
CONDUCIR SIN CARNET
La estrategia funciona. A los pocos minutos, caen los primeros conductores: un motero que conduce sin carné u otro que circula con un permiso de conducción de Venezuela sin habilitación en España son algunos ejemplos. Otra infracción es la de dos mujeres que intercambian los puestos al divisar, de lejos, el control: la conductora ocupa rápidamente el lugar del copiloto, un acto que el policía en la retaguardia ve.
A pesar de las bajas temperaturas, la USIR se mantiene en su puesto durante horas. Los agentes también registran, en el transcurso de ese tiempo, a un grupo de hombres georgianos. Que uno de los policías chapurree su idioma facilita las cosas. Los hacen bajar del vehículo y sacar sus pertenencias de los bolsillos. En el cacheo, a los agentes les llama la atención un billete de 50 euros: "Podría ser falso", aclara Nogales, mientras se dirige a la furgoneta aparcada. Allí, con la ayuda de la luz ultravioleta el sargento dictamina la autenticidad del dinero que devuelve al grupo, formado por miembros de un club motero, los Kerberos, tal y como muestra una bandera que portan en el interior del vehículo.
AGENTES JÓVENES
Tras el control en la carretera, la USIR se dirige al barrio de Fondo, "donde más nos reclaman", explica el sargento, que asegura que su presencia es constante durante las noches en la mayor parte del municipio, "aunque hay zonas donde incidimos más". La "percepción" hace mella y Nogales expone los datos del último balance del Ministerio del Interior: "La delincuencia en Santa Coloma solo ha aumentado un 1,8%". Una anomalía, teniendo en cuenta que en el resto de municipios vecinos la criminalidad sube más de un 15%.
Todo influye en el clima de la seguridad, especialmente la buena convivencia entre agentes. En este caso, policías de toda el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) encuentran en el funcionamiento del cuerpo local colomense un modelo a seguir. Aunque no siempre ha sido así: "En un principio tuvimos algunos problemas porque existía cierta competencia entre grupos", reconoce el sargento, aunque asegura que eso es cosa del pasado. "Nos llevamos todos bien y la combinación de gente joven con otros más experimentados es muy buena. No da pie a egos".
PATRULLAJE EN FONDO
En Fondo, el panorama continúa tranquilo. Consecuencias del partido de fútbol. Los agentes se dividen en tres grupos y comienzan la ruta a pie. Algunos entran en las tiendas para hablar con los comerciantes: "Lo hacemos para que se sientan seguros y vean que nos preocupamos por ellos". La acogida es buena.
La unidad desemboca en la parada de metro, un punto caliente. Los guardias se apostan a la salida y controlan que no haya ningún conflicto o hurtos. A muy pocos metros se encuentra el bar Nou Món, protagonista hace aproximadamente un mes por una polémica actuación de un agente de la USIR. El sargento sale al paso de su hombre: "La actuación queda fea, especialmente porque es a una chica, y a ese policía se le ha dado un toque. Ahora acude a unos cursos para que no se repita, pero en el vídeo no se ve todo lo que hay detrás. La mujer ya intentó entorpecer el trabajo policial momentos antes de las imágenes que se difundieron", aclara el superior, que confirma, por otra parte, que la presencia de la USIR a la salida de ese local es constante debido al nivel de conflictividad del bar.
AVISO A UNOS OKUPAS
Tras el paseo en uno de los barrios más conflictivos de Santa Coloma, la USIR se dirige a la tercera parada: un edificio okupado de la calle Sant Pasqual, 3. Su trabajo consiste en avisar a los okupas que deben desalojar el inmueble antes de la próxima semana. "Por riesgo de derrumbe del edificio", aclara el sargento. Si no abandonan los pisos antes del día señalado, los desalojarán.
La policía llega al lugar y llama al timbre. En este caso, el cabo hace de interlocutor. A la llamada responde "Dani", uno de los okupas que representa al grupo "antisistema" y que no está dispuesto a bajar a la calle a hablar con los agentes. Sus respuestas son vagas, no da información sobre cuántas personas okupan el lugar ni desde cuándo. Lo que los policías sí saben es que son personas de países distintos y que se reagruparán por el municipio después del desalojo. Tras varios minutos, la comunicación entre unos y otros no prospera. "Volveremos para dejárselo por escrito y que tengan constancia del aviso, pero por ahora no podemos hacer nada más".
NUEVA COMISARÍA
Los agentes regresan a la comisaría a las 22:30 horas para hacer el descanso y cenar en el comedor habilitado para ello. Tras la pausa, el turno se alargará hasta las 02:00 de la madrugada. Están convencidos de que cuando acabe el partido, la emisora se animará. "Siempre pasa".
Emocionados, los agentes muestran su satisfacción con la inminente mudanza: Núria Parlon anunció en agosto la aprobación de 14 millones de euros que se destinarían a la construcción del nuevo equipamiento policial. "Hemos visto los planos y parece que será chulísima y muy práctica", halaga la USIR, que encuentra algunas deficiencias en la actual comisaría operativa. Los agentes muestran su satisfacción con la inversión en seguridad. Una unidad en constante formación que mantiene a raya la delincuencia.