Robos, y cada vez más, a los estudiantes universitarios que se alojan en las residencias de Sant Adrià de Besòs. Tal y como ha podido saber Metrópoli, durante el mes de octubre el número de casos se disparó hasta el punto de que los Mossos d'Esquadra se han visto obligados a desplegar diversos dispositivos para cortar el problema.

El suceso tiene lugar en el barrio de La Mina, que es donde se ubican las residencias donde se alojan las víctimas de los robos. Por una parte, los alumnos del campus de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) en Eduard Maristany y, por la otra, los de la residencia Micampus en Ramon Llull.

Exterior de la residencia universitaria Micampus de La Mina METRÓPOLI

ROBOS A ESTUDIANTES

Según han explicado los mossos a este medio, los agentes están trabajando en la zona para prevenir los hechos delictivos y localizar y detener a los autores de los robos. Se trata, normalmente, de tirones y sustracciones de móviles a los despistados estudiantes. 

El número de denuncias de este tipo, según la policía catalana, incrementó notablemente durante octubre. El modus operandi, el mismo: arrebatan de las manos de los alumnos los teléfonos y se los pasan a otros compinches que suelen ir montados en patinetes eléctricos para facilitar la huida.

Exterior de la residencia de estudiantes de la UPC en La Mina METRÓPOLI

INSEGURIDAD

Los mossos prevén que en las próximas semanas la Policía Local de Sant Adrià colabore con ellos para erradicar la delincuencia.

Por su parte, las fuentes municipales consultadas aseguran ser conocedoras del tema y confían en la labor policial: "Es un tema que preocupa mucho y estamos poniendo los esfuerzos necesarios para mejorar la seguridad en toda la zona de la residencia", añaden desde el ayuntamiento.

RESIDENCIA DE ALTO 'STANDING'

La residencia Micampus Barcelona, como se llama oficialmente, dispone de habitaciones individuales en apartamentos compartidos por más de 800 euros al mes. Si el estudiante quiere estar completamente solo, el precio asciende a casi los 1.000 euros. Además, también se ofrecen aparte servicios como aparcamiento o limpieza.

La inversión del edificio superó los 30 millones de euros y abrió sus puertas a finales del año pasado con 383 plazas

SE REMONTA A 2016

Sin embargo, el problema no es nuevo. Ya en 2016, cuando se inauguró el campus de la UPC en Sant Adrià, se dio a conocer la situación de inseguridad que sufrían los jóvenes estudiantes en la zona. La escena era la misma: robos, algunos violentos, de móviles y bicicletas.