"Soy una vecina de Viladecans, con la mala suerte que tiene un hijo con autismo, y que, por su diversidad y condición --y después de varios tribunales-- ,tiene reconocido el grado de movilidad reducida", comienza relatando una madre, consternada y dolida por lo que ha tenido que vivir.
Denuncia haber sufrido un acto vandálico por haber aparcado en zona para minusválidos, algo para lo que, por supuesto, "tiene tarjeta (...) que renueva cada dos años", según explica a la cuenta de Twitter @EInfoanonimo.
SIN SILLA DE RUEDAS
Cuando ha ido a coger el coche, se ha quedado de piedra, al ver como algún desaprensivo ha rallado por completo una puerta, dibujando un tablero de tres en raya, todo porque, cree, "su hijo no va en silla de ruedas".
Su hijo "puede caminar" pero, por su condición, "puede entrar en crisis y desmayarse en cualquier momento", aclara. Y es que la movilidad reducida no implica necesariamente el uso de una silla de ruedas.
ACTOS VANDÁLICOS
Asegura que "lleva años con la plaza", como también lleva años sufriendo de otro tipo de actos vandálicos, como "ralladas en el coche, retrovisores metidos para dentro, colillas e incluso que la antena esté cada día movida y levantada".
"¿De verdad que la gente tiene tanta maldad?", se pregunta. "No entienden que las discapacidades son muy amplias y no han de ir en silla de ruedas. Yo cambio los años de lucha y sufrimiento con mi hijo por tener que dar vueltas para aparcar. Es una vergüenza la sociedad que se está creando, con tanta maldad, porque lo que han hecho es con maldad", concluye.