El Departamento de Interior de la Generalitat de Catalunya ha activado el nivel de alerta por incendio en el Baix Llobregat. Como consecuencia de las actuales condiciones meteorológicas, la comarca ha entrado desde este viernes, 23 de febrero, en la fase 2 de riesgo del Plan Alfa. Una advertencia que va acompañada de una serie de actuaciones preventivas destinadas a minimizar las posibilidades de incendio, sobre todo en las zonas más delicadas, como los bosques metropolitanos.
Control de actividades de riesgo
Ante el elevado peligro de incendio forestal en el Baix Llobregat, los Agentes Rurales se han puesto en marcha. Con una escala de cuatro niveles, desde el 0 al 3, el plan establece protocolos específicos de actuación para cada grado de riesgo, incluyendo desde la vigilancia hasta el control de actividades potencialmente peligrosas en zonas forestales.
Tanto vecinos como visitantes o excursionistas deben conocer las restricciones y recomendaciones emitidas por el gobierno, además de cumplir con las normas que los Agentes Rurales establecen para garantizar la seguridad de todos. Las autoridades locales piden especial atención a la hora de desarrollar actividades. Por otro lado, está totalmente prohibido hacer barbacoas, cremas de residuos agrícolas u otras prácticas de riesgo durante este periodo de vulnerabilidad.
El Alt Penedès, Garraf y Vallès Occidental, también han sido incluidas en esta alerta preventiva, junto con parte de la Catalunya Central y la mayoría de comarcas de Tarragona y las Terres de l'Ebre.
Adaptar los bosques a la sequía
El Área Metropolitana de Barcelona (AMB) ha soltado 40 cabras y 15 burros entre Sant Climent y Gavà para adaptar los bosques metropolitanos a la extrema situación actual de sequía.
La iniciativa pretende demostrar que el pasturaje y la gestión forestal tienen efectos positivos en el territorio, en términos ambientales, económicos y socioculturales: la mejora de la estructura del bosque, su adaptación a los efectos negativos del cambio climático y la reducción de riesgo de incendios forestales.
El presupuesto del proyecto, que está previsto que termine en septiembre de 2026, es de 322.524 euros, de los cuales la Unión Europea aporta un 38% (122.559 euros).