Roberto, el presunto asesino de El Prat de Llobregat habría asfixiado a su mujer de 43 años y a sus dos hijos mellizos --un niño y una niña-- de ocho años en el garaje de la vivienda. Los primeros resultados de la autopsia realizada este miércoles, 10 de abril, por la mañana, apuntarían la asfixia como la principal causa de muerte de los tres miembros de la familia, que no presentaban signos de violencia. El hombre se suicidió arrojándose a las vías del tren.
Según ha confirmado el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC), sobre el presunto asesino no constaban antecedentes judiciales.
Reconoció los hechos en una nota
Los hechos tuvieron lugar en la calle Agramunt número 12 de El Prat. Según fuentes cercanas al caso, el hombre dejó una nota reconociendo lo sucedido y pidiendo perdón antes de tirarse a las vías. Tras encontrar la nota, la policía catalana se desplazó hasta el domicilio, donde halló los tres cadáveres.
La casa donde un hombre ha matado a su mujer y a sus dos hijos en El Prat
Una familia sin lazos en el barrio
Según han explicado fuentes vecinales a Metrópoli, se trataba de una familia tranquila que no causaba problemas. Sin embargo, eran bastante cerrados, ya que no se dejaban ver por el barrio y pocos vecinos hablaban con ellos.
Los residentes de la zona, aseguran que la familia era de origen extranjero y habían llegado al barrio hace menos de dos años. Aparentemente, tenían un "alto nivel adquisitivo". El presunto asesino iba al gimnasio de delante de su casa, mientras que los niños estarían escolarizados en un centro privado de L'Hospitalet de Llobregat.
Vecinos muy discretos
Marwan, un vecino de la misma calle, explica a este digital que la familia "no se relacionaba con nadie" y que no veía a los niños por la calle, "sólo entrar en el coche".
La familia habría comprado la vivienda a un matrimonio --J y T-- muy conocido en la zona por su vinculación con los testigos de Jehová. Los vecinos explican a Metrópoli que la pareja no tenía ninguna relación previa con los actuales propietarios. De hecho, al vender la propiedad se mudaron a Segur de Calafell.
Los Mossos d'Esquadra investigan los hechos, que están bajo secreto de sumario. Por su parte, el Ayuntamiento de El Prat ha convocado un comité de crisis.