A una hora de Barcelona, se encuentra un municipio con arquitectura clásica, callejuelas que enamoran y muy buenos restaurantes. Se trata de Manresa, uno de los destinos ideales en la comarca del Bages para hacer una escapada diferente.
La Cueva de San Ignasi
Entre las actividades que se pueden hacer en esta localidad es ir a visitar la Cueva de San Ignasi. Se trata de un santuario que es parte del patrimonio cultural local. A lo largo de los siglos, el sitio ha sido enriquecido con una iglesia barroca y un edificio neoclásico, convirtiéndolo en un centro de peregrinación jesuita.
La decoración incluye mosaicos modernos y elementos artísticos como relieves en bronce y un retablo en alabastro, representando a San Ignacio en penitencia. Este monumento histórico, emblema del gótico catalán, comenzó a construirse en 1328 bajo la dirección de Berenguer de Montagut.
Parc de la Sèquia
Otro de los sitios que se puede visitar en el municipio es el Parc de la Sèquia. Construido en el siglo XIV, funciona como un espacio educativo y recreativo. Ubicado en el trayecto del canal que lleva agua desde Balsareny hasta Manresa, ofrece una variedad de actividades educativas, científicas y de ocio.
Los visitantes pueden disfrutar de paseos por la naturaleza, talleres de ciencia para familias y visitas dramatizadas que exploran la rica historia y la importancia ambiental del agua en la región. Destaca por su ubicación en la calle del Balç, una vía que muestra el urbanismo medieval catalán.
Gastronomía de Manresa
La cocina de Manresa y la comarca de Bages se nutre de una rica tradición agrícola y ganadera y ofrece una amplia gama de productos locales de excelente calidad.
Entre sus platos más destacados se encuentra el bacalao a la manresana, aunque también se disfrutan otras delicias catalanas como la escudella i carn d'olla, los calçots amb romesco y, de postre, la crema catalana.