Barcelona, el turismo y qué hacer con él: la eterna pregunta. La capital catalana encuentra en los millones de viajeros que la visitan una más que sólida fuente de ingresos que dinamizan la economía local. Sin embargo, la bonanza económica viene acompañada de otros elementos, como las aglomeraciones, la gentrificación o los trabajos de bajo valor añadido, que afectan sobre todo a las zonas más turísticas, como pueden ser el Park Güell, la Sagrada Familia o el centro de la urbe.
Una de las soluciones planteadas por el consistorio se basa en la redistribución de turistas, es decir, potenciar la turistificación de distritos o ciudades periféricas, como Nou Barris o Montcada i Reixac, que absorban parte de los visitantes. En este sentido, han encontrado en el Rec Comtal una potencial atracción que, sin embargo, ha puesto en alerta a los vecinos.
Desde la Taula del Rec Comtal explican a Metrópoli que, si bien las obras son más que necesarias en los 12 kilómetros de longitud del canal, rechazan la lógica turística del plan municipal. "Estamos encantados de que los ciudadanos vengan a pasear, de que los niños se acerquen a aprender qué era el Rec Comtal y conocer su historia (...) y este espacio necesita una ruta, pero vertebrada bajo una lógica público-comunitaria que haga del espacio un motor de dignificación y recuperación de los barrios que atraviesa, que tienen altos índices de vulnerabilidad", explica.
"Introducir la mirada de la descentralización del turismo con una lógica público-privada implica abrir la puerta a una serie de empresas que harán de esta zona un uso extractivista y, en vista de experiencias anteriores, el ciudadano será un mero figurante o mano de obra barata para compañías que sacarán unos beneficios que no repercutirán en la vida de las personas", analizan.
"El dilema, bajo nuestro análisis, es si se quieren sacar beneficios o si se quieren fortalecer los territorios", valoran. Y es que este espacio que, insisten, necesita obras de mejora --sobre todo en su tramo barcelonés--, tiene el potencial de ser un motor para mejorar la calidad de vida de barrios como la Trinitat Vella, Trinitat Nova y Vallbona. Para ello "hay que asfaltar debidamente el camino de la ruta, señalizarla, peatonalizarla, reponer la vegetación para recuperar esos tramos que sufren de un estado de abandono y dar voz a asociaciones y habitantes de estos barrios", concluyen.
1.000 años de historia
El Rec Comtal es un antiguo canal de riego con algo más de mil años de antigüedad. Es también parte de la historia viva del territorio, pues comenzaba en Montcada y llegaba hasta Barcelona, atravesando lo que en su día fueron los pueblos independientes de Sant Andreu y Sant Martí, hoy reconvertidos en distritos.
Sin embargo, la mayor parte de este canal yace enterrada bajo tierra. Solo se mantiene al aire libre --y todavía funcional-- el segmento que nace en Montcada muere en Vallbona. Todavía ejerce como canal de riego para La Ponderosa, el mayor huerto urbano de la capital catalana y, luego, desemboca en el río Besòs. En esta línea, La asociación pide llevar a cabo el proyecto Agrovallbona, aprobado en la pasada legislatura, para blindar este espacio comunitario "y evitar así un plan para levantar 2.000 pisos" que destruiría el huerto.
Remanso vecinal
Es, además, la puerta de entrada --o de salida-- a los jardines del Primer de Maig, la mayor zona verde del barrio barcelonés. En este trayecto, el arroyo artificial rodea el Turó de Montcada y termina en el barrio de Can Sant Joan.
Más allá de ser un paseo amable, tranquilo, para disfrutar de una zona con vegetación y animales como peces y patos, el Rec Comtal juega un papel importante en la vida del barrio moncadense. Según explica a Metrópoli la asociación de vecinos de Can Sant Joan, actúa como refugio climático en verano y, en sus alrededores, se celebran sesiones de cine al aire libre, actividades deportivas para personas mayores o lúdicas para niños.
Tres millones de euros
Y todo eso, consideran, puede verse amenazado por un proyecto cuya finalidad es atraer un mayor flujo de turismo hacia la periferia. Todavía sin fecha para su ejecución, el Ayuntamiento de Barcelona destinará 2,9 millones de euros procedentes de los Fondos Europeos Next Generation para la puesta a punto del proyecto. Esta cuantía se abonará al Consorci del Besòs, que se encargará de ejecutar el plan, según explicó el Ejecutivo local en enero.
De los casi tres millones, 2,54 irán destinados a la creación de una ruta turística, adecuada para peatones y ciclistas, que irá desde la Casa de l'Aigua de la Trinitat Vella y Trinitat Nova hasta el tramo de la acequia en Montcada "y aumentará la vegetación de la zona". Este recorrido contará también con "una exposición del agua y la ciudad". Los 380.000 euros restantes servirán "para hacer de la zona un refugio de la biodiversidad" y se "reintroducirán especies acuáticas autóctonas", desgranaron.