El verano ya ha llegado y con las altas temperaturas, un refrescante baño siempre ayuda a mitigar el calor veraniego. En Santa Coloma de Gramenet es posible disfrutar de dos piscinas públicas que abrieron sus puertas el pasado 22 y 25 de junio.

El sábado 22 de junio comenzó oficialmente la temporada en la piscina municipal de Can Zam y tres días después, el 25 de junio, lo hizo en la del Complejo Deportivo Torribera. Ambas instalaciones permanecerán abiertas hasta el 1 de septiembre.

La piscina de Torribera, en Santa Coloma AJUNTAMENT SANTA COLOMA

Can Zam, los primeros en abrir

La piscina de Can Zam abre los días laborables de 11:00 a 19:00 horas, y los fines de semana y festivos, de 10:00 a 19:00 horas. Los precios de las entradas oscilan entre los 8,5 y 5,2 euros, según sea día laborable o fin de semana y festivo, y teniendo en cuenta la situación y la edad de la persona que compre la entrada. Hay descuentos para menores de 14 años, personas jubiladas y personas con diversidad funcional.

Los abonos de temporada para toda la familia cuestan 252,57 euros. También existen para adultos (126,46 euros) y para menores, personas jubiladas y personas con diversidad funcional (80,14 euros). También es posible adquirir abonos intransferibles de 10 entradas, con un coste de 64,35 euros para adultos (menores, jubilados y personas con diversidad funcional, 53,02 euros).

Torribera

La otra piscina, la de Torribera, abrió sus puertas el 25 de junio y su horario es de 10:00 a 18:00 horas con unos precios que se mueven entre nueve y cinco euros, en función de si se compra la entrada de adulto, infantil - menores de 14 años- o las de personas jubiladas o con diversidad funcional.

Los adultos pagarán, de lunes a viernes, ocho euros (fin de semana y festivos, nueve euros). La entrada infantil es de siete euros entre semana y de ocho euros los fines de semana y festivos, y las personas jubiladas y con diversidad funcional pagarán cinco euros los laborables y 6,3 euros los sábados, domingos y festivos.

Un baño seguro y cívico

El baño, aunque es una actividad saludable y divertida, puede comportar algunos riesgos a prevenir, como las lesiones por caídas o resbalones y los ahogamientos.

En el caso de los niños, la supervisión por parte de los adultos es un factor fundamental para prevenir los ahogamientos. Incluso cuando los niños y niñas saben nadar o están familiarizados con el agua, es necesaria una supervisión continua por parte de una persona adulta durante el baño o el juego en la piscina: en el caso de los lactantes y los niños más pequeños, es necesario mantenerse siempre a una distancia que permita cogerlos alargando el brazo mientras que, para supervisar el baño de los mayores, puede ser suficiente que se mantengan al alcance de la vista.