Santa Coloma de Gramenet, pionera en el secuestro de autobuses para dignificar los barrios
Can Franquesa, Les Oliveres e incluso Singuerlín se alzaron en los años 70 para conseguir que las 'tusas' subieran hasta estas zonas olvidadas del municipio
7 septiembre, 2024 23:30El secuestro de autobús que un vecino del barrio barcelonés de Torre Baró protagonizó en los años 70 ha saltado a la gran pantalla tras el estreno de la película de "El 47". La intención de Manolo Vital, el protagonista de la reivindicativa historia, no fue otra que dignificar la vida de sus familiares y amigos: ninguna línea de transporte público llegaba por aquel entonces hasta la montaña, que es donde se sitúa el barrio. Las inclinadas y pronunciadas cuestas que todavía hoy caracterizan Torre Baró hacían imposible que el Ayuntamiento de Barcelona se planteara un cambio. Hasta que Vital, conductor de autobuses precisamente, lo cambió todo.
Sin embargo, existe un precedente que se produjo unos años antes y tuvo lugar en Santa Coloma de Gramenet. Fue un grupo de vecinas de Can Franquesa en este caso las que secuestraron el autobús de la línea 10 de lo que entonces era Transports Urbans S.A. (conocida coloquialmente como la tusa).
El primer secuestro en Can Franquesa
Son los barrios de la montaña. De varios colores, los edificios que coronan la Serralada de la Marina se alzan proporcionando una idílica vista a quienes se asomen a sus miradores. Hoy, la carretera es accesible y los vehículos llegan sin mayor dificultad, pero no siempre ha sido así. En un paralelismo con Torre Baró, los barrios de Can Franquesa, Singuerlín y Les Oliveres tuvieron que luchar durante años para tener los mismos derechos que el resto de zonas de Santa Coloma. Y lo hicieron de la manera que ahora ve la luz en los cines: secuestrando autobuses.
Las historias están expuestas en los diferentes museos de la ciudad y todavía perviven en la memoria de los más veteranos. El primer acontecimiento de estas características que se fecha es el de las vecinas de Can Franquesa que el 2 de agosto de 1973 se hicieron con la línea 10 del autobús. El vehículo se enfiló hasta la calle Menorca, donde vivían las mujeres, y allí se quedó hasta que llegó la Guardia Civil. Entonces los agentes se llevaron a las protestantes al cuartel, donde fueron interrogadas y posteriormente juzgadas: se las condenó a pagar 394 pesetas. Así fue el primer secuestro de un autobús, hace 50 años.
Desniveles del 70%
La tusa comenzó a funcionar en el 1972 y pasaba cada media hora. Acercaba a los vecinos hasta la parte baja del barrio, pero la subida hasta la puerta de casa era una odisea. Además de estar sujetos a los horarios, los desniveles de más del 70% por mitad de la montaña sin muros de contención, aceras o vallas de algún tipo dificultaba la vida de decenas de residentes, sobre todo niños y ancianos.
Sin embargo, a pesar de la heroica acción de este grupo de mujeres, no se consiguió el objetivo. En medio de un periodo de represión franquista, tuvo que pasar más tiempo para ver resultados y por ello, los vecinos de Les Oliveres se unieron a la maniobra para presionar al máximo al ayuntamiento.
Secuestro en Les Oliveres
En Les Oliveres el objetivo fue conectar la línea de autobús que llegaba al barrio con la línea 1 del metro de Barcelona, en Sant Andreu. Los vecinos que trabajaban fuera de Santa Coloma por aquel entonces tenían que desplazarse a pie hasta Singuerlín y coger ahí el 203, que los acercaba hasta la parte barcelonesa.
Ante el pasotismo institucional, los residentes decidieron secuestrar no uno, sino tres autobuses que fueron retenidos al final de la carretera de la Font de l'Alzina. Pasó lo mismo que con las vecinas de Can Franquesa: el problema no se solucionó. Pero a las dos semanas los secuestros se repitieron y, finalmente, a partir del 30 de marzo del 1973, el 203 ya llegaba al barrio.
El 230
A pesar de las victorias, los vecinos de estos barrios de la montaña continuaron manifestándose para una mayor conectividad con los municipios de alrededor y con el centro de su propia ciudad. La lucha fue larga y uno de los episodios más destacados tuvo lugar de nuevo en Can Franquesa en el 1976: los habitantes secuestraron tres autobuses de la línea 230. Hasta 400 vecinos se implicaron en los hechos, que se alargaron hasta el 1983 en los tres barrios afectados.
Mejoras
Con los años, el asfalto llegó a los barrios, como también un mayor número de vehículos con más frecuencia de paso. La colaboración de los conductores de autobuses fue crucial porque no se oponían a los secuestros: al fin y al cabo, como refleja la película de "El 47", los trabajadores acababan estrechando lazos con los pasajeros puesto que en numerosas ocasiones eran los únicos conductores de la línea y coincidían varias veces a lo largo del día con los usuarios.
Hoy, un mural de las mujeres que conquistaron el 203 decora la fachada de uno de los edificios de Les Oliveres para recordar la reivindicación vecinal que logró conectar los barrios de la montaña con la ciudad. Un "Torre Baró es Barcelona" a la colomense.