Los Mossos d'Esquadra detuvieron el pasado jueves a seis personas en L'Hospitalet de Llobregat y Santa Coloma de Gramenet por su presunta participación en un grupo criminal dedicado a cometer robos en pisos de la capital catalana. Los arrestados estaban especializados en el uso de marcadores para identificar viviendas vacías, según ha informado la policía catalana en un comunicado este martes.
El método que empleaban consistía en colocar un hilo fino de cola y un pequeño trozo de plástico en las puertas de los domicilios o garajes. Luego, regresaban al cabo de unas horas o días; si la marca seguía intacta, significaba que la vivienda estaba vacía y podían entrar sin ser descubiertos por los propietarios.
Conexión con otros robos en 2023
La policía tuvo conocimiento de este grupo a mediados de mayo, tras varios robos cometidos en Barcelona con el mismo sistema. Estos casos se relacionaron con otros robos consumados durante 2023, entre ellos uno en el que los ladrones marcaron 14 pisos de una misma finca en la capital catalana, aunque solo lograron acceder a dos de ellos.
Tras completar la investigación y localizar a los sospechosos, la División de Investigación Criminal (DIC) de Barcelona organizó un dispositivo que incluyó tres entradas y registros en los domicilios de los acusados. Dos de los operativos se realizaron en L'Hospitalet, donde detuvieron a cuatro personas, y otro en Santa Coloma, con un quinto detenido. El sexto arresto se produjo en la vía pública.
Objetos recuperados y grupo organizado
Durante los registros, los Mossos recuperaron numerosas joyas, varios aparatos especializados valorados en aproximadamente 20.000 euros, y otras herramientas relacionadas con los robos. Entre los objetos hallados también se encontraba una radial para forzar cajas fuertes y utensilios para abrir puertas. Los seis detenidos pasaron a disposición judicial el sábado.
La investigación reveló que el grupo criminal estaba claramente jerarquizado, con una organización detallada en la que cada miembro tenía un rol específico. Estas tareas incluían el marcaje y vigilancia de domicilios, la ejecución de los robos y la posterior venta de las joyas robadas, además del envío del dinero obtenido.
Líder y contramedidas
Uno de los detenidos ocupaba un cargo superior en la organización y era el encargado de dirigir el proceso de marcaje de los domicilios, indicar cómo entrar en los pisos y establecer medidas para dificultar la labor policial. Entre estas contramedidas se incluían estrategias como cambiar de domicilio constantemente o planear fugas del Estado para evitar ser localizados.
Además, los miembros del grupo tomaban numerosas precauciones para evitar ser detectados, como realizar una vigilancia constante en la vía pública, evitar rutinas y reunirse en lugares públicos. También se cambiaban de ropa varias veces al día para complicar el seguimiento de la policía.