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Tres años viviendo en el parque junto a la Iglesia de Sant Pere de Gavà. Tres años esperando una ayuda que nunca llega. Su historia a menudo es ignorada, silenciada o, simplemente, desconocida. Es la historia de Benjamín,un vecino de 65 años, enfermo, que duerme custodiando siempre su andador que le permite caminar a pesar de sus problemas de espalda.

Durante estos tres años, Benjamín ha sobrevivido gracias a la entrega mensual de alimentos por parte de la Cruz Roja, alimentos sin un hogar ni medios para conservarlos o cocinarlos, no puede aprovechar. Pero lo que de verdad ha ayudado a tirar adelante a Benjamín es la red vecinal que se ha creado a su alrededor.

Apoyo vecinal

Camino, una vecina que se ha convertido en su amiga, le acompaña al médico, le lava la ropa y le lleva comida diariamente. Gracias a ella, Benjamín aún puede comer, pero su situación es insostenible. Es su mayor apoyo, compartiendo con él cada comida en el parque y cuidando de sus necesidades básicas.

Pero no solo Camino ha tendido la mano a Benjamín. Otros vecinos y comercios de Gavà también se han movilizado. Algunos restaurantes de la Rambla se han ofrecido a proporcionarle alimentos y una vecina ha abierto las puertas de su casa para que pueda ducharse.

Estas pequeñas pero significativas muestras de solidaridad han permitido que Benjamín conserve un mínimo de dignidad en su vida diaria, mientras sigue esperando la respuesta que las instituciones públicas aún no le han dado.

Benjamín caminando con su andador CEDIDA

La historia de Benjamin empezó con una separación. Vivía con su pareja, pero tras romper con ella, se quedó sin hogar. Durante un tiempo pudo sobrevivir gracias a la ayuda de 480 euros para mayores de 52 años, una ayuda que hace semanas que no recibe. Debido a su estado de salud y sus dificultades de movilidad, Benjamín debería recibir apoyos por discapacidad, algo que aún no se ha tramitado correctamente. 

Camino no se ha quedado de brazos cruzados. Ha intentado en repetidas ocasiones que los servicios sociales actúen de urgencia, solicitando tanto una ayuda económica como un techo digno para Benjamín. Sin embargo, la respuesta ha sido "decepcionante". 

Abandono institucional

Hace tiempo, el Ayuntamiento de Gavà le ofreció una plaza en un albergue en Barcelona, pero para Benjamín, cuya movilidad es muy reducida, desplazarse a la ciudad es una opción inviable. "No tiene sentido mandarlo a Barcelona cuando su vida, su gente, todo está aquí en Gavà", comenta Camino. Mientras las gestiones avanzan a paso lento, Benjamín sigue esperando en el parque, con la esperanza de que finalmente reciba la ayuda que tanto necesita.

La historia de Benjamin es un reflejo de la realidad que viven muchas personas sin hogar en nuestra sociedad: seres humanos olvidados, esperando que alguien los vea.