Viladecans volverá a tener sala de cine. Tras más de una década del cierre de los históricos Lauren, el municipio ha iniciado los trámites para poder reabrir las salas y poder proyectar películas.
De momento ya cuenta con los derechos de actividad sobre el edificio y ha recibido una subvención de la Diputación de Barcelona para poder hacer el proyecto. Por delante, queda un largo camino para dotar el edificio del equipamiento necesario.
Sin cines desde 2013
El consistorio se ha hecho con la totalidad de los derechos de superficie que se encontraban en manos de diferentes entidades bancarias después que el antiguo propietario, Antoni Llorens, los hipotecara en un intento fallido de salvar el negocio.
El edificio ha sido siempre de titularidad pública, y ahora el Ayuntamiento ha recuperado los derechos que cedió a finales de la década de 1990 por un plazo de 50 años, hasta 2049.
Viladecans se quedó sin cines el 4 de abril de 2013. Ese día los ya históricos Cines Lauren apagaron sus proyectores y cerraron las puertas para siempre. Atrás dejaban miles de sesiones desde su apertura el año 2000 y muchas palomitas servidas. En su interior había hasta 10 salas y 2.191 butacas.
Desde entonces el edificio ha estado cerrado y ha sufrido varios intentos de okupación, aunque siempre ha contado con seguridad privada que lo ha evitado. El negocio fracasó, enter otros, debido al modelo de negocio, con muchas salas, la falta de películas en 3D, o las dificultades para poder aparcar en el entorno.
Sin empresa
Según han explicado fuentes municipales a Metrópoli, no habrá una nueva empresa privada que se ocupe de la explotación del edificio para ofrecer películas en Viladecans, sino que el plan es que la gestión se integre en las funciones del equipo de Juventud del consistorio, que actualmente lidera la séptima teniente de alcaldesa, Irene Reus.
También han explicado que tampoco habrá la gran cantidad de salas que había cuando se cerró, ya que la industria y las formas de consumo han cambiado respecto a cuando se pensó el primer negocio. Más bien lo contrario, puesto que no se contempla que haya más de dos salas. "El sector ha cambiado mucho", argumentan fuentes municipales a este medio.
El edificio se encuentra totalmente vacío, lo que requeriría una gran inversión por parte de una empresa privada que dificulta mucho la operación. Es por ello, y teniendo en mente el fracaso inicial, que será el mismo consistorio el que asumirá la puesta en marcha del proyecto y su gestión.
Con ello, el edificio acogerá diferentes equipamientos y actividades culturales, además de la de proyección de películas. De esta forma, los 6.191 metros cuadrados se destinarán a equipamientos para la gente joven.
Para empezar, el Ayuntamiento de Viladecans ya ha recibido una subvención de 135.000 euros por parte de la Diputación de Barcelona para poder redactar el estudio del proyecto que debería estar finalizado antes de acabar en 2025. Las obras del edificio, eso sí, se alargarán durante muchos más años. De hecho, aún no se cuenta con un presupuesto ni se sabe como se va a financiar, aunque fuentes municipales se muestran confiadas de poder encontrar sin problemas el dinero necesario.
Variedad de propietarios: más de un millón de euros
Según figura en la última cuenta de administración del patrimonio, correspondiente al 2023, el consistorio se ha gastado más de un millón de euros para recuperar los derechos de actividad.
En concreto, el Ayuntamiento de Viladecans ha pagado 1.063.227 euros por los derechos que se han llegado a repartir entre seis entidades bancarias y fondos.
En un primer momento, se llegó a repartir entre más entidades, pero las fusiones y absorciones del BBVA sobre Unim lo dejaron en seis propietarios diferentes.
El mayoritario siempre fue el Institut Català de Finances (ICF), que poseía el 30% de los derechos de actividad y a quien el consistorio pagó 151.250 euros en 2017.
Aquel mismo año, el Ayuntamiento dirigido por Carles Ruiz también pago 170.610 euros a Aliade Consulting por hacerse con el 25% de los derechos que poseía, la segunda empresa con un porcentaje más alto.
En 2018, la administración pública ya había desembolsado 24.302,27€ a Commerzbank Aktiengersellshaft, una de las grandes entidades bancarias que hay en Alemania y que tenía el 12,5% de los derechos.
Pese a que el Ayuntamiento ya tenía el 67,5% de los derechos, la venta total no se completó hasta el año 2023. Fuentes municipales han explicado a Metrópoli que se ha tratado de un proceso complicado, que se demuestra con los cinco años que han pasado entre el primer pago en 2018 y el último, en 2023.
En 2020, año de la pandemia, la administración desembolso 272.250 euros por el 11,25% de los derechos de Banc Sabadell, mientras que pagó otros 284.350 euros por el 13,75%, en manos de Divarian Propiedad SA.
Esta última sociedad había adquirido los derechos como comercializadora de los activos inmobiliarios del BBVA. La entidad bancaria ya poseía un 10% de los mismos previamente, pero asumió otro 3,75% procedente de la fusión con Unim, que a su vez los recibió de la desaparecida Caixa d'Estalvis Comarcal de Manlleu.
Finalmente, tras tres años de lentas negociaciones, Viladecans adquirió el 7,50% restante a la sociedad BFA Tenedora de Acciones SA, que recibió 160.464,74€.
Recuperar el cine
Con este proyecto, Viladecans quiere recuperar su histórico vínculo con el cine. El municipio estrenó su primera sala en 1923, gracias a la apertura de la sala Cine Viladecans. A esta sala se le sumaron el Cine Moderno en 1929 y el cine del Centre Parroquial de la iglesia Sant Joan Baptista, inaugurado en 1950. Todos ellos fueron apagando sus proyectores a mediados de la década de 1970.
Ahora bien, Viladecans no se quedó sin poder ver películas, ya que el Cine Avenida se mantuvo abierto hasta finales de la década de 1980, cuando decidió cerrar sius puertas de forma definitiva tras treinta años de proyecciones.