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Suenan todas las alarmas entre los grupos ecologistas por la ya más que demostrada presencia de residuos altamente tóxicos en el suelo de una zona aledaña al puerto de Barcelona, a orillas de la antigua ladera del río Llobregat. Los componentes hallados son altamente cancerígenos y corrosivos, lo que puede implicar un significativo riesgo para la salud de la flora, la fauna y las personas que transitan por ahí.

Según explican a Metrópoli las organizaciones ecologistas DEPANA y Zeroport, se trata de derivados del cromo, como son sales de cromo, cromo trivalente y cromo hexavalente (cromitas), todos ellos residuos industriales perjudiciales para la salud.

La situación se agrava cuando ya se han detectado filtraciones de estos compuestos en el nuevo cauce del río barcelonés --que terminan directamente en el mar--. "A raíz de un episodio reciente de lluvias, visitamos el cauce y vimos en el agua el color amarillento característico de los derivados del cromo", relatan en conversación con este digital.

¿De dónde salen? Se trata de residuos industriales, originados por la actividad de la antigua fábrica de Procesos Electrolíticos SA (PESA) ubicada en este tramo durante décadas. La compañía fue condenada por la vía penal en los años 80 por depositar estos residuos contaminantes y tóxicos, pero el daño en el suelo ya estaba hecho. Así, los ecologistas lamentan que "desde entonces se supiera y ninguna administración hiciera nada".

Filtraciones y viento

Hoy en día, cuando llueve poco, puede observarse un polvo fino de color amarillento sobre el suelo, minerales perjudiciales que afloran en la superficie "en la que es habitual que haya mucho viento y que puede llevarse estos restos tanto para el mar como para las ciudades de Barcelona, El Prat de Llobregat u otras localidades vecinas". En esta línea, la zona es un punto en el que ha proliferado el chabolismo y no es extraño encontrar barracas y huertos en las laderas del río catalán.

Bloques de hormigón colocados como barrera en zona contaminada Betevé

Para más Inri, este espacio se encuentra al lado de la zona incluida en la red natura 2000 --a requerimiento de la UE-- y que consta como Zona Especial de Protección para las Aves (ZEPA) del delta del Llobregat.

Este espacio, ubicado entre los puentes de Mercabarna y Nelson Mandela, mide unas tres hectáreas y se encuentra rodeado de muros de unos tres metros de altura. De ellos, solo se aprecia medio metro, lo que indica "la cantidad de sedimentos contaminados que puede haber", analizan.

Nuevos accesos al puerto

Además, "se trata de un ámbito afectado por las obras de los nuevos accesos tanto viales y ferroviarios del puerto, lo que implica que en algún momento se tendrá que trabajar sobre la zona". Al respecto, la Fiscalía ha constatado, tras un análisis del suelo elaborado por los Mossos d'Esquadra, los "elevados niveles de contaminación".

El Ayuntamiento de Barcelona colocó el pasado octubre señalizaciones alertando, así como bloques de hormigón para impedir el paso en tres zonas en las que se ha detectado la presencia de restos de este mineral. También se han hecho campañas informativas que alertaban a transeúntes de la peligrosidad del espacio.

Zonas afectadas donde se realizan las obras CEDIDA

Cierre del espacio

Los ecologistas han denunciado este martes que algunos de los bloques han aparecido "desplazados", lo que deja margen al libre tránsito. Al respecto, el consistorio barcelonés apunta que se han movido en el marco de unos trabajos para hacer un "cierre más robusto que, se espera, esté listo en los próximos días".

Y ¿qué pasará con las obras programadas? Una vez se ha obtenido el reconocimiento judicial del terreno, fuentes municipales señalan que el Ayuntamiento, en colaboración con la Agència de Residus de Catalunya, ADIF --que ejecutarán las obras-- y otras entidades expertas en suelos contaminados trabajarán en una campaña de análisis y descontaminación del terreno.

Estos trabajos de limpieza, aclaran, se tendrán que ejecutar antes de las obras de los accesos viarios y ferroviarios al Port de Barcelona. Este último, por su parte, añade que todos los trabajos que por el momento se están llevando a cabo "quedan fuera del depósito cromitas". En el supuesto caso de que se detectara alguna zona contaminada, se actuaría "según la legislación sectorial vigente sobre contaminación de suelos" y "de acuerdo a los criterios prescritos por la Agencia de Residus de Catalunya, la entidad con autoridad en la materia".