En la provincia de Barcelona, donde predominan las ciudades densamente pobladas y donde se concentra un bullicio a veces agobiante, existen también pequeños rincones donde la tranquilidad y la conexión con la naturaleza son protagonistas. Es el caso de Puigdàlber, considerado el municipio más pequeño de toda la provincia.
Con apenas 0,4 kilómetros cuadrados de superficie y algo más de 600 habitantes, este enclave diminuto ha sabido conservar su esencia rural y convertirse, sin hacer ruido, en un destino destacado para los amantes del vino.
Un entorno privilegiado entre viñedos
Puigdàlber está rodeado de un mar de viñedos. De hecho, está integrado en la Ruta del Vino del Penedès y tiene algunas de las bodegas más prestigiosas de Catalunya, muchas de ellas con reconocimiento internacional por la calidad de sus vinos y cavas con Denominación de Origen Penedès.
A pocos minutos del núcleo urbano, el visitante podrá recorrer terrenos centenarios, participar en catas guiadas y conocer de cerca el proceso de elaboración del vino, desde la cepa hasta la copa.
Qué bodegas visitar
Las bodegas cercanas más destacadas son Parés Baltà, Cava Guilera, Celler Mas Comtal, Pinord y Jean Leon. Se encuentran a menos de 20 minutos del pueblo, cada una con su especialidad y su lista de actividades exclusivas.
Asimismo, en Puigdàlber también se organizan vendimias participativas durante el año, talleres de maridaje, rutas a pie o en bicicleta entre viñedos y almuerzos campestres.
Cómo llegar a Puigdàlber
El municipio se encuentra a tan solo 50 minutos en coche desde Barcelona, por la AP-7 y tomando la salida 30 en dirección Vilafranca del Penedès.
En transporte público, la opción más recomendable es tomar un tren de Rodalies hasta Vilafranca del Penedès y desde allí enlazar con autobuses regionales que llegan hasta el pueblo.