Un campo de golf en el Maresme en una imagen de archivo
Esta es la calle más cara y exclusiva de Catalunya: entre dos municipios, a un paso de Barcelona y llena de lujos
Este enclave se consolida como el epicentro del lujo residencial catalán, con mansiones valoradas en hasta nueve millones de euros y un entorno de mar, naturaleza y máxima privacidad
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No está en Barcelona ni en Sant Cugat, tampoco en Sitges o en alguna urbanización del Empordà. La calle más exclusiva —y “pija”— de toda Catalunya se esconde entre los municipios de Sant Andreu de Llavaneres y Sant Vicenç de Montalt, en pleno corazón del Maresme.
Se trata de la Avinguda Supermaresme, una vía residencial que se ha convertido en el símbolo del lujo, donde las mansiones se camuflan entre pinos, vistas al Mediterráneo y parcelas que valen auténticas fortunas.
El paraíso del alto standing catalán
Según un análisis reciente del portal inmobiliario Idealista, la Avinguda Supermaresme es la calle más cara de Catalunya para comprar vivienda, con un precio medio que ronda los nueve millones de euros por propiedad.
Municipio donde está la calle más cara de Catalunya
En términos de exclusividad, supera a muchas zonas de Barcelona y figura entre las diez calles más costosas de toda España, al nivel de urbanizaciones de La Moraleja en Madrid, la Milla de Oro de Marbella o las residencias privadas de Ibiza.
Lejos del bullicio urbano, esta avenida ofrece lo que muchos buscan pero pocos pueden permitirse: tranquilidad, naturaleza y privacidad, a apenas 40 minutos de Barcelona. Las viviendas, rodeadas de jardines espectaculares y vistas panorámicas al mar, combinan diseño contemporáneo, materiales nobles y tecnología domótica. Aquí, el lujo no se ostenta: se habita con discreción.
Un enclave entre dos municipios de élite
La Avinguda Supermaresme se extiende entre Sant Andreu de Llavaneres y Sant Vicenç de Montalt, dos localidades que desde hace décadas son sinónimo de estatus. Ambos municipios concentran algunos de los clubes de golf más prestigiosos de Catalunya, puertos deportivos de alto nivel y una comunidad de residentes marcada por la alta capacidad adquisitiva.
El Maresme desde el aire
Esta ubicación estratégica —entre montaña y mar— multiplica su atractivo. Las mansiones se asoman al azul del Mediterráneo mientras disfrutan del silencio de la naturaleza del Montalt. No es casual que varias celebridades, empresarios y figuras internacionales hayan elegido esta zona como residencia secundaria o refugio de fin de semana.
Mansiones, diseño y discreción
El catálogo de viviendas en Supermaresme parece sacado de una revista de arquitectura: fachadas minimalistas, piscinas infinitas, interiores de mármol y cristal, gimnasios privados y bodegas climatizadas. Cada parcela cuenta con una extensión generosa, garantizando privacidad total. En muchas de ellas, los jardines están diseñados por paisajistas internacionales, y no faltan las vistas que se pierden en el horizonte del mar.
En el mercado inmobiliario, la zona es conocida por su baja rotación de propiedades: pocas viviendas se ponen a la venta, y cuando lo hacen, alcanzan cifras que superan los seis o incluso los nueve millones de euros. La exclusividad se mide tanto en precio como en acceso: no cualquiera puede entrar a vivir en este enclave.
La Costa del Maresme en una imagen de archivo
El debate sobre la “calle más pija”
Aunque otros estudios señalaban la Avinguda Camí de Miralpeix de Sitges como la más cara de Catalunya, con un precio medio de 2,7 millones, el criterio cambia según el tipo de viviendas y los indicadores utilizados. Sin embargo, si se entiende “pija” como sinónimo de lujo máximo, exclusividad y precio inmobiliario extremo, la Avinguda Supermaresme se lleva el primer puesto con claridad.
Su reputación no solo se sostiene en las cifras, sino también en el estilo de vida que representa: un lujo relajado, mediterráneo y discreto, alejado de los focos pero rodeado de elegancia y confort.
En los últimos años, el Maresme se ha consolidado como la alternativa más codiciada al centro de Barcelona para quienes buscan calidad de vida sin renunciar a la cercanía con la ciudad. Supermaresme es el mejor ejemplo de esta tendencia: una avenida que simboliza el equilibrio perfecto entre exclusividad, naturaleza y modernidad.
