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En el corazón de la comarca del Bages, lejos del ritmo frenético de las grandes ciudades, se encuentra un municipio que sorprende por su tamaño y por la particular relación entre su superficie y su población.

Sant Mateu de Bages, un territorio eminentemente rural, es el municipio más extenso de toda la provincia de Barcelona. Con alrededor de 102,9 kilómetros cuadrados, supera incluso al término municipal de la ciudad de Barcelona, que ronda los 101 kilómetros cuadrados.

Poco más de 630 habitantes 

Se trata de una paradoja geográfica poco conocida: un municipio que, pese a su enorme extensión, apenas reúne algo más de 630 habitantes.

Esa densidad demográfica tan baja, de alrededor de seis habitantes por kilómetro cuadrado, da lugar a un territorio en el que predominan el silencio, las masías dispersas y la naturaleza en estado casi puro, lo que lo convierte en un destino perfecto para una escapada.

Muchas de las casas del municipio se encuentran repartidas por caminos rurales, bosques y valles, lejos de la idea tradicional de un núcleo urbano compacto.

La demografía del municipio ha ido descendiendo con los años, acompañada de un acusado envejecimiento de la población, un rasgo habitual en zonas rurales del interior catalán.

Sant Mateu de Bages en una imagen de archivo Wikipedia

Varios núcleos de población 

Sant Mateu de Bages no funciona como un solo pueblo, sino como un conjunto de varios núcleos de población. Entre ellos destacan Castelltallat, Coaner, Salo o Valls de Torroella, este último el más poblado.

Esta estructura dispersa responde a una configuración histórica basada en masías, pequeñas iglesias y asentamientos que se distribuyen a lo largo del territorio siguiendo el relieve y los antiguos caminos del Bages. El municipio, tal como se conoce hoy, se formó en 1840 mediante la unión de varios núcleos del entorno.

La Serra de Castelltallat

Uno de los elementos que marcan la personalidad del municipio es la Serra de Castelltallat, que atraviesa parte de su término. Esta sierra forma parte del Plan de Espacios de Interés Natural y de la Xarxa Natura 2000, lo que garantiza la protección de su valor ecológico.

La vegetación está dominada por pinares, encinares y robledales, que se distribuyen por colinas, laderas y planicies, creando un mosaico mediterráneo característico. La diversidad de flora y la abundancia de fauna local hacen de la zona un enclave especialmente apreciado por senderistas y amantes de la naturaleza.

Iglesia de Sant Mateu de Bages Wikipedia

Ruinas del antiguo castillo

En la cima de la sierra se encuentra el Observatorio Astronómico de Castelltallat, uno de los equipamientos científicos más singulares de la comarca.

Ubicado junto a las ruinas del antiguo castillo, el observatorio aprovecha la baja contaminación lumínica del entorno para ofrecer sesiones de astrononomía y actividades divulgativas.

Es uno de los puntos más visitados del municipio y una referencia para quienes buscan un cielo oscuro donde contemplar las estrellas sin interferencias.

Restos arqueológicos y tumbas visigodas

A lo largo del territorio aparecen vestigios que recuerdan la extensa historia humana en la zona. Se conservan restos arqueológicos, tumbas visigodas, ermitas románicas e iglesias rurales que han sobrevivido al paso de los siglos.

Entre todos estos elementos destaca la iglesia de Sant Joan de Coaner, un ejemplo notable de arquitectura románica que forma parte del patrimonio histórico del municipio. En muchos casos, estos edificios se encuentran aislados, rodeados de campos y bosques, lo que les añade un valor paisajístico y cultural.

iglesia de Sant Joan de Coaner Wikipedia

Generaciones de agricultores y ganaderos

El núcleo principal de Sant Mateu, situado a unos 569 metros de altitud, ofrece vistas amplias sobre el Bages y los relieves circundantes. Desde este punto se aprecia con claridad el carácter del municipio: una sucesión de colinas, bosques y masías que conforman un paisaje modelado por generaciones de agricultores y ganaderos.

La economía local continúa vinculada en buena parte a estas actividades tradicionales, aunque en los últimos años el turismo rural ha ganado presencia, especialmente gracias a las rutas de senderismo y a la oferta vinculada a la astronomía.

Tranquilidad y relación con la naturaleza 

Vivir en Sant Mateu de Bages implica habitar un espacio donde el tiempo avanza de otra manera. La tranquilidad, la relación con la naturaleza y la preservación del patrimonio son rasgos que definen la cotidianidad del municipio.

A poco más de una hora de Barcelona, el contraste con la capital catalana es evidente: allí donde la ciudad avanza densa y vertical, Sant Mateu de Bages se extiende horizontal, con más kilómetros cuadrados que habitantes en muchas de sus áreas.

Es un municipio vasto, silencioso y lleno de historia, en el que cada rincón conserva la esencia de un mundo rural que ha resistido el paso del tiempo. Un territorio extenso que sorprende por su magnitud y cautiva por su autenticidad.

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