“Pensemos en clave hortense, no de una manera global”. La frase la ha pronunciado Jordi Serrano, portavoz de la asociación de comerciantes Eix del Mal, para diferenciar lo que supone una superilla en el Poblenou o el Eixample de lo que es para Horta.
El término superilla, denostado por muchos vecinos de Barcelona, acepta muchas interpretaciones y en Horta está evolucionando con el apoyo de la Associació de Veïns, los comerciantes o las entidades. Aunque mantienen escepticismo y prudencia respecto a temas como cambios de sentido en calles, eliminación de plazas de aparcamiento o la nueva red de autobuses, coinciden en defender la necesidad de pacificar las calles del casco histórico del barrio, un trabajo a medio hacer, pues hay vías como Alt de Mariner, la Plana o Pere Pau en las que ya se ha dado prioridad al peatón sobre el coche o la reurbanización de la plaza Eivissa, que avanzó en el mismo sentido.
El Ayuntamiento lleva casi un año trabajando con los comerciantes, entidades y escuelas el proyecto y las actuaciones. Este lunes se ha abierto el debate a los vecinos, en una jornada informativa y participativa en el centro cívico Matas i Ramis. El conseller del distrito Víctor Valls ha presentado el acto y ha dado la palabra a miembros del tejido asociativo del barrio que participan en el Grupo impulsor de la Superilla para que explicaran cómo avanza el proyecto. Luego se han formado cinco grupos de trabajo para que los asistentes pudieran dar sus impresiones y conocer con más detalle el proyecto.
Entre los miembros del grupo de trabajo de la Superilla de Horta que han dado su opinión, el presidente de la Associació de Veïns ha señalado que “siempre hemos querido pacificar el tráfico del barrio, pero no sabíamos que eso se llamaba superilla”.
Por su parte, Serrano ha propuesto obviar el término superilla y ha pedido a los asistentes que piensen que lo que busca el proyecto es “la manera de evitar que los coches que quieran ir a coger la Ronda de Dalt pasen por las calles Horta y Campoamor” y se desvíen por avenida del Estatut.
El proyecto, que todavía se encuentra en la fase de estudio y consenso, pretende, por ejemplo, que los autobuses que ahora suben por la calle Campoamor, lo hagan por Eduard Toda. Por el momento no hay nada definitivo y desde el Ayuntamiento insisten en que están trabajando para consensuar el proyecto. En el Poblenou también lo hicieron, aunque al final establecieron la Superilla en otras calles que las debatidas. En Horta, por sus características, no hay mucho margen para hacer cambios y los puntos a decidir parecen encaminados a los sentidos de las calles, la ubicación de las paradas de autobús o le reubicación de las plazas de aparcamiento.