El eclipse lunar más largo del siglo. Así se definió el fenómeno astronómico de este viernes, que despertó la curiosidad de multitud de personas, que buscaron lugares tranquilos y de poca luminosidad para contemplarlo. Uno de los más frecuentados fue el Turó de la Rovira, concretamente los búnkers del Carmel -también conocidos como las baterías antiaéreas del Carmel-, donde no paró de llegar gente durante toda la noche.
Los vecinos de las calles colindantes a las baterías del Carmel llevan tiempo protestando por la masificación del mirador, llegando incluso a cortar la calle. Pero la afluencia de este viernes ha sobrepasado la de otros fines de semana y la indignación se ha dejado ver en las redes sociales. Un vecino del barrio, que acudió a contemplar el eclipse con su pareja, confirma en declaraciones a Metrópoli Abierta que era "un infierno", por lo que se fue a casa a los 15 minutos de haber llegado del agobio por la masificación del espacio.
AUTOBUSES QUE NO PARAN
Numerosos vecinos del Carmel han mostrado su indignación con vídeos de la gente llegando a los búnkers, muchos con bolsas llenas de bebida, o comentarios que muestran el enfado por la dificultad de conciliar el descanso con la presencia de tantas personas. Las imágenes de los vídeos muestran la ininterrumpida llegada de personas, en su mayoría jóvenes, cargados de bolsas de supermercado o mochilas.
Muestra de la masificación es que los autobuses que llegan hasta las proximidades de las baterías iban tan llenos que en las paradas anteriores no paraban a recoger a pasajeros si nadie solicitaba bajar. Una vecina del barrio de Gràcia que intentó disfrutar del fenómeno desde los búnkers explica también que la experiencia fue desagradable por la masificación de personas y que le sorprendió que había "muchos lateros que vendían las cervezas a 2 euros e incluso ofrecían patatas fritas".
CONFLICTO PERMANENTE
Este es el último episodio de un conflicto vecinal que amenaza la convivencia pacífica de los vecinos del Carmel, que ven como la popularización del mirador de las baterías antiaéreas está provocándoles problemas de ruidos y suciedad. En junio, dos grupos de jóvenes se enzarzaron en una brutal pelea. Más recientemente, un vecino fue agredido por dos hombres que estaban orinando en la puerta de su casa.
El día después de que se hiciera público el vídeo de la pelea, la Guàrdia Urbana anunció que reforzaba su presencia en las baterías del Carmel, pero los vecinos denuncian que este viernes no hubo presencia policial, pese a las quejas de algunos de ellos que aseguran que llamaron varias veces a la Guàrdia Urbana para reclamar su ayuda.