La superilla de Horta, como la del Poblenou, tiene muchos detractores. Y es motivo de discusión y tensiones entre los vecinos.

Su objetivo era pacificar el tránsito, conseguir que por el barrio de Horta no pasaran tantos coches y crear un espacio en el que tuvieran prioridad los peatones. El resultado, sin embargo, dista mucho de la realidad.

Para muchos vecinos, la creación de la superilla ha supuesto un aumento del incivismo. Así lo han hecho constar en el Consell de Barri de este miércoles, delante de la regidora de distrito, Mercedes Vidal

“Los coches pasan por donde les da la gana”, se queja un vecino. Como él hay otros que critican que los vehículos no tienen en cuenta a los peatones, consideran son ellos los que deben ir esquivando a los coches y no al revés.  

MÁS CRÍTICAS            

Para otra vecina, el hecho de que las aceras no estén diferenciadas de la calzada supone un peligro. Explica que cuando el autobús circula por la calle Fulton, los peatones no están del todo resguardados: “No sabes en qué momento el conductor se puede despistar”, recalca.  

Otra fuente de críticas sobre la superilla son los camiones. Los vecinos se quejan porque aparcan en la zona peatonal para descargar y no dejan espacio para pasar. 

SOLUCIONES A MEDIAS

Una de las soluciones que proponen los vecinos de Horta, y que expusieron el pasado miércoles en el Consell de Barri, es colocar jardineras o bolardos para diferenciar el espacio de los transeúntes del de los vehículos.  

A la vez, también piden que se señalice mejor la superilla, indicando a los coches que solo pueden circular a 10 km/h y que están en un espacio donde tienen prioridad a los peatones.

Los vecinos de Horta llenaron el centro cívico Matas i Ramis para hacer llegar sus quejas sobre la "superilla" / MERITXELL BAYARRI

Los vecinos de Horta llenan el centro cívico Matas i Ramis para quejarse sobre la "superilla" / MERITXELL BAYARRI

"LA CAUSA ES EL INCIVISMO"

El consejero técnico del barrio de Horta, Víctor Valls, respondió a las quejas de los vecinos afirmando que a veces hay mucho incivismo y que se tiene que combatir. “No está previsto poner más bolardos, el objetivo es que el espacio sea del peatón”, afirma.

En este sentido, Valls añade que si se ponen bolardos volvería a haber un carril marcado por los vehículos y, por tanto, un aumento de la circulación. No obstante, no descarta poner bolardos donde haya movimientos constantes que sean incívicos.

MANIFESTACIONES EN CONTRA 

Los vecinos contrarios a la superilla de Horta escenificaron su rechazo el pasado 12 de febrero. Se reunieron en los Lluïsos de Horta con Jordi Campins, presidente de los afectados por la superilla del Poblenou, y el abogado Daniel Vosseler, que lidera la plataforma Barcelona com Tu, con la que aspira a presentarse a la alcaldía. Vosseler denunció que la falta de comunicación del gobierno de Colau con los vecinos “es total”.

Laia Huguet, portavoz de la plataforma, denunció que la superilla de Horta “es un proyecto ideológico”. “El barrio no tiene un problema de tráfico. No hay dinero para hacer una piscina descubierta, que se reclama desde hace años, pero sí para construir una superilla”, lamentó Huguet, preocupada por el cambio de sentido de la calle de Campoamor, donde se concentran varios colegios.

La superilla de Horta también tiene la bendición de algunos vecinos y comerciantes. El objetivo es bueno, reducir la contaminación acústica y mejorar la calidad del aire", dice el presidente de la asociación de vecinos de Horta, Mohktar Ayouni. 

Noticias relacionadas