En la calle José Millán González, tocando con la carretera del Carmel, hay una rampa para peatones por la que a diario pasan motos. Ya sea para subir o bajar, los motoristas utilizan esta pendiente como atajo.
Los vecinos del Carmel, aunque reprueban la situación, aceptan los hechos, resignados. Saben que es peligroso que las motos circulen a diario por un lugar solo apto para peatones, pero también son conscientes de que cuesta encontrar una solución a este acto incívico.
En algunas ocasiones, en la entrada y salida de la rampa, el Ayuntamiento colocó vallas, pero estas impedían el acceso a personas con movilidad reducida. Además, los motoristas esquivaban los obstáculos para circular igualmente por la rampa.
CONTROLES PERIÓDICOS
Fuentes policiales cercanas a la Guardia Urbana explican que desde el cuerpo policial se tiene conocimiento de los hechos. Periódicamente, los policías de la ciudad montan servicios de control. Hay épocas en las que la circulación de los motoristas aumenta y otras en las que se reduce debido a la vigilancia policial.
VECINOS DESCONTENTOS
El sábado 23 de marzo, un vecino de Horta publicó un tuit en el que denunciaba los hechos. Insertó dos imágenes en las que se pueden ver a un motorista bajando por la rampa.
Algunas veces, la tensión entre peatones y motoristas ha sido tan alta que algunos vecinos aseguran haber visto clavos en el suelo, con el fin de pinchar las ruedas de las motos.
La agrupación de vecinos Plataforma Can Baró también ha denunciado los actos incívicos de algunos motoristas y ha informado a la policía de los hechos.