Aunque sea de vez en cuando, todos mentimos alguna vez. Aunque sean mentiras piadosas caemos en la tentación de sentirnos mejor antes de decir la verdad. Pero, ¿que pasaría si descubrieras que todas las mentiras que dices pueden llegar a ser ciertas en tu cabeza?
Un experimento realizado por la Universidad de Brandeis, en Massachusetts, demuestra que el proceso de auto-engaño es mucho más sencillo y rápido de lo que pensamos. Tan solo hacen falta 45 minutos para creernos nuestras propias mentiras.
Los investigadores utilizaron encefalogramas para monitorizar la actividad cerebral de un grupo de personas a las que sometieron a un cuestionario, la única norma era que tenían que mentir en la mitad de sus respuestas. Lo increíble sucedió cuando, transcurridos tres cuartos de hora, volvieron a realizarles el mismo cuestionario, esta vez les pedían que contestasen con sinceridad. La respuesta de muchos de los voluntarios, especialmente los mayores de 60 años, dejó anonadados a los investigadores, respondían a las preguntas con la misma mentira del principio.
Según la Universidad de Brandeis, los resultados revelaron que mentir afecta a nuestra memoria. Esto tiene un impacto superior en las personas mayores, pero todos podemos llegar a creer a pies juntillas en las mentiras que hayamos pronunciado.