Con piedras preciosas, piercings, tonos fluor, dibujos en relieve, degrades, purpurina de todo tipo, colores que brillan en la oscuridad y demás efectos. Así son las uñas, u obras de arte, que realizan en Dvine Nails. Este pequeño y modesto local situado en la calle Vallhonrat del Poble Sec, se ha convertido en uno de los lugares de culto para los amantes de la extravagancia y la originalidad. Su fama llega gracias a la calidad de sus productos, la personalidad de sus diseños y sobretodo por haber conquistado a cantantes de la talla de Rosalía, Karol G, Badgyal o Farina.
UN SUEÑO CUMPLIDO
Maritza Paz, de 26 años, es la gerente de este exitoso local. Empezó hace diez años en el mundo de las uñas, al ver que su trabajo gustaba, y que iba ganando clientela, decidió abrir su primer negocio: "Empecé yo sola hace cinco años en un local pequeñito en Cerdanyola y tras mucho trabajo, en septiembre del año pasado, abrimos uno en Barcelona", asegura a BMagazine.
Las manos de la empresaria, y las de sus tres trabajadoras en la ciudad condal, y de las cuatro en Cerdanyola, son prodigiosas. Maritza asegura a este medio que esto es un don que se tiene o que no: "Jamás me he formado, tan solo he hecho un curso", "A mis empleadas les pido ganas de trabajar, porque es una profesión que requiere constancia y es bastante dura. Nada más ver como me hacen una uña detecto si pueden llegar a trabajar conmigo o no".
ORIGINALIDAD Y CALIDAD
A diferencia de otros salones, sus diseños son diferentes y extravagantes. Paz apunta que la clave de su éxito es el atreverse a innovar: "Creo que nos hemos ganado un prestigio porque nos atrevemos con todo, jamás decimos que no cuando nos piden algo", "compramos muchos productos diferentes para podernos diferenciar de otros centros".
Algo que fideliza a su clientela es la calidad de los materiales con los que trabajan: "Todo lo que está en contacto con la uña es de la mejor calidad", asegura Maritza Paz. Su salón, que acumula miles de seguidores en su cuenta de Instagram y que tiene una larga lista de espera, compite con muchos otros que surgen a diario en Barcelona. A diferencia de las franquicias que se han impuesto como las más baratas del sector, las uñas realizadas en Dvine Nails duran mucho más de lo habitual: "Lo mínimo que duran nuestras uñas son cuatro semanas. Hay personas que nos han sorprendido y han venido tras dos meses. Eso es gracias a la calidad y a la manera de hacerlas˝.
DE 30 A 200 EUROS
Tanto ella, como sus "chicas", tardan dos horas en realizar las piezas de arte con las que decoran las manos de sus clientas: "Con Rosalía nos hemos tirado de cuatro a cinco horas haciéndole las uñas, aunque lo habitual son dos horas, por eso solo hacemos las uñas a cinco personas al día", asegura la empresaria.
El trabajo bien hecho, la mano de obra de calidad y la paciencia que requiere este tipo de artesanía conlleva poner un precio a la altura. Aunque Dvine Nails se mantiene en la media barcelonesa, algunos resultados cuestan más de lo que podemos llegar a imaginar: "Hay gente que cobra más caro que nosotras. Hacer un relleno en nuestro establecimiento puede costar 30 euros". "Nuestro precio varía depende de lo que nos pidan. Por unas uñas encapsuladas cobramos unos 70 euros y las XL cuestan 100. Rosalía se ha puesto uñas que valen 200 euros, pero claro llevan multitud de piedras de Swarovsky originales, son en punta muy larga, y requieren muchísima paciencia y bastante tiempo", explica Paz.
CLIENTELA DE LUJO
Karol G, Farina, Bad Gyal, Sita Bellan o Chleopawtra, son algunas de las mujeres de éxito que no pueden resistir la tentación de hacerse las uñas en este salón cada vez que visitan la ciudad condal. Aunque ahora se haya hecho muy famoso, la primera en confiar en el trabajo de estas artistas de la manicura fue Rosalía. "La conozco desde hace tres años. Estaba empezando, y todavía no tenía demasiados seguidores en Instagram, pero fue ella quien nos dijo que estaba interesada en realizar una colaboración. Obviamente dijimos que sí, sabíamos que iba a llegar muy lejos, y ahora es una de nuestras clientas más fieles", apunta a este medio Maritza Paz.
No solo las grandes artistas del momento se atreven con las uñas de moda, la gerente asegura que cada vez hay más personas que se rinden a este nuevo formato de manicura: "Poco a poco la gente se va atreviendo a ser más exagerada, más original en cuanto a las uñas" "En Barcelona la gente pide cosas más básicas, pero con el tiempo van confiando en nosotras y se dejan hacer".
EXPANSIÓN DEL NEGOCIO
Sus casi 100.000 seguidores de Instagram reclaman a diario que abran otros locales. No solo en Barcelona, los fans de las uñas largas y vistosas piden nuevas aperturas en otras ciudades de España. Ante tanta demanda, Maritza Paz, y su equipo, trabajan en la idea de expandir el negocio: "Dentro de poco queremos abrir más tiendas en el sur y en Madrid". "Desde que vienen Rosalía, Karol G y otras cantantes reconocidas hemos notado un gran incremento de clientela, pero también ha sido gracias a nuestras clientas habituales, nos recomiendan. El 'boca a boca' nos funciona".