La pandemia del coronavirus ha afectado a casi todos los sectores económicos de nuestra sociedad. Los restaurantes y los comercios se han visto obligados a cerrar sus puertas, muchísimas empresas han tenido que aplicar expedientes de regulación temporal de empleo a sus trabajadores, pero hay otros ámbitos en los que el volumen de trabajo ha crecido a marchas forzadas, como las redes sociales.
LAURA PONTS, UNA DE LAS FOODIES MÁS REPUTADAS
Laura López, más conocida como Laura Ponts, es una influencer foodie que triunfa en las redes sociales. Fotógrafa, cocinera y estilista culinaria, esta creadora de contenido acumula más de 289.000 seguidores en su perfil de Instagram.
Sus publicaciones cuidadas al detalle, los magníficos bodegones que realiza con todo tipo de alimentos y su manera de comunicarse de forma visual la han convertido en una de las mejores food stylist de nuestro país y en todo un referente de la fotografía gastronómica.
EL CORONAVIRUS PRECARIZA SU SECTOR
En conversación con BMagazine, Laura, que también se encarga de las redes sociales de tres restaurantes con estrella Michelin, ha asegurado que el aislamiento por coronavirus ha hecho que los creadores de contenido alarguen al máximo sus horarios laborales y se las expriman su creatividad para satisfacer a toda la demanda: "Ha incrementado muchísimo la interacción en las redes sociales desde que empezó la crisis del Covid-19. Yo antes solo colgaba fotos en Instagram y ahora la audiencia me pide recetas. Desde entonces tengo aproximadamente 1.000 seguidores nuevos al día".
La creadora de contenido se siente en obligación de realizar mucho más contenido durante el aislamiento: "Lo hago porque la gente lo agradece. Lo veo reflejado en los mensajes que recibo después de subir cada receta, me llegan muchísimos. Hay días en los que estoy un tanto cansada, pero merece la pena, aunque sea solo para distraer a la gente".
LAS MARCAS, LAS PRIMERAS EN APROVECHARSE DE LA SITUACIÓN
El feedback que recibe a diario es súper positivo, pero en incontables ocasiones su trabajo no está tan valorado como le gustaría: "Creo que mucha gente no es consciente del esfuerzo que supone publicar contenido de calidad en las redes sociales. Tengo un volumen de trabajo increíble, además del dinero que invierto en ello, mi tiempo, la dedicación, el rato que no estoy con mi familia por hacerlo, etc".
Laura Ponts, nombre que se puso como nick en Instagram y que hace referencia a la empresa de embutidos y comida preparada que regenta junto a su familia, cuida al detalle cada fotografía que publica en su muro. Además elabora las recetas teniendo en cuenta que sean "fáciles, económicas, vistosas y apetecibles" para llegar a un público mucho más amplio, pero como todos los instagramers gana dinero haciendo publicidad de productos.
ABUSO E INESTABILIDAD LABORAL
En tiempos de coronavirus, la estilista culinaria ha querido denunciar a BMagazine el abuso que sufren los creadores de contenido por parte de las marcas: "Al principio del aislamiento estaba todo paralizado. No me contactaba nadie y estaba un tanto asustada, pero de repente hubo un alud de propuestas. Hay muchas empresas que piden favores publicitarios como por ejemplo que hagas diez fotos con una receta utilizando su producto, y encima quieren que lo hagas gratis".
A raíz del auge del influencer marketing durante la pandemia, la creadora de contenido se ha visto obligada a modificar sus honorarios: "Antes cobraba siempre las mismas tarifas y ahora he tenido que bajarlas al 50%. Estoy trabajando súper barato porque si no acepto las condiciones habrá otra persona que lo haga”. Es por ello que afirma que las marcas se han aprovechado de la situación: "Tengo que aceptar precios ridículos porque, como todo el mundo, debo ganarme un sueldo.
HATERS Y COMPETENCIA
A pesar de las dificultades a las que se enfrentan los prescriptores, Laura Ponts no se siente amenazada por sus competidores, pero si que hay algo que le quita el sueño: las malas críticas: "Doy gracias a Dios porque normalmente no tengo que lidiar con haters, pero durante estos días me he sorprendido al encontrar a una chica en Twitter que se ha dedicado a llamarme “cutre” y a criticar mi trabajo. No me he pronunciado, pero me dolió bastante, ya que hay un curro increíble detrás de cada foto. No me gusta cuando alguien critica sin valorar el trabajo que hay detrás, me lo tomo muy mal. No consigo pasar de las críticas".
LAS REDES SOCIALES: UN MUNDO ACAPARADOR
Este afán de perfeccionismo que muchas veces exige el sector y la conexión intermitente por parte de los usuarios hace que los que se dedican a ello no sepan establecer un horario o aparcar el trabajo durante unas horas al día.
El miedo a las pérdidas hace que los creadores de contenido se conviertan en "trabajadores 360º" y que olviden hasta su propia vida: "Creo que al ser conocedores de la situación en la que estamos hay muchas veces en las que dejamos de lado las cosas más importantes como la familia, la pareja o a uno mismo", asegura Ponts, que lucha a diario para subsistir en un sector tornadizo como es el de las redes sociales.