El apellido Carmona es historia viva de la música española. Antonio, quien lideró el emblemático grupo Ketama a lo largo de 20 años, se ha convertido en un referente flamenco del país que sigue al pie del cañón tras décadas entregadas a su carrera profesional. Durante sus directos en los últimos años ha contado con Marina Carmona (Madrid, 1993) en su equipo. Su hija mayor, crecida en el seno de una familia de artistas y volcada en el panorama musical tras formarse en Miami, ha formado equipo con su padre, de quien ha recibido una gran influencia durante los nueve años en los que le ha acompañado sobre los escenarios. “El máster me lo saqué yendo de gira con mi padre. Con él de la mano me di cuenta de la disciplina que había que tener para disponer de tu propio sonido. No vale solo con cantar bonito, hay que cerrarse en el estudio, escribir, coger el piano y dedicarle ese tiempo”, explica a Metrópoli.

Con este aprendizaje en su haber, y pese a la inevitable vinculación artística a su familia, Marina ha optado por marcar perfil propio y presentarlo en sociedad. Mi Identidad ha sido el resultado de una búsqueda en la que la cantante ha encontrado su sonido, un álbum debut que demuestra la desvinculación de cualquier etiqueta y el rechazo a encasillarse en un único género. “Tenía ganas de descubrir a qué suena Marina Carmona, y ahora sé que suena a fusión de músicas del mundo”, reconoce la vocalista madrileña, quien califica su disco como un “manual de vida” por el “viaje de vivencias” que se refleja en sus temas.

Entre la decena de canciones que componen el disco, Carmona destaca Vives en mí, un tema que conllevó un “trabajo muy profundo” por su inspiración en un “mundo muy orgánico”, y en la que se unió a Ale Acosta para materializar su resultado. “Esa sonoridad que sacó Ale me encanta”, señala la artista. Entre los highlights del álbum, la cantante madrileña también hace mención especial a Mi Identidad y a Luces y Sombras. “Son dos temas que hablan mucho del camino profundo que llevo por dentro, es una manera muy bonita de conocerme”, asegura.

La cultura francesa, una referencia

El savoir faire que se desprende de Mi Identidad concuerda con la admiración de Carmona por la cultura francesa. Formada en el Liceo Francés madrileño, la música del país galo ha sido una referencia en la elaboración de su sonido. “El francés es un idioma con mucho gusto musical, muy diferente. Me recuerda mucho al flamenco, toca mucho el alma”, destaca la vocalista que incluye letras en este idioma en temas como No Lo Veo Claro.

Marina Carmona en las instalaciones de Metrópoli RUBÉN PACHECO

En su actual directo, la artista adopta versiones de canciones como Ne Me Quitte Pas, de Jacques Brel, o L'enfer, de Stromae, unas propuestas que poco tienen que ver entre sí más allá del idioma y que dan una pista sobre la amalgama de sonidos que componen Mi Identidad.

Este entusiasmo por la cultura de Francia, un país donde Carmona espera “cantar muchas veces”, le hace soñar con futuras colaboraciones. Angèle, Zaz, Slimane y Lous and the Yakuza forman parte del listado de intérpretes con los que la artista compartiría estudio de grabación y escenario.

Experimentación

Marina se muestra “muy agradecida de pertenecer a un legado musical tan grande y tan bonito como los Carmona y los Habichuela”, de los que resalta que “han hecho una música tan bonita” que lo único que siente es “mucho orgullo de formar parte de este camino” con su propia identidad.

Para definir esta identidad, precisamente, la cantante ha nadado en una experimentación cargada de colaboraciones. C.Tangana, Núria Fergó, Fernando Osorio, Javier García, Soleá Morente, Nora González y AleMor forman parte del listado de artistas con los que ha trabajado.

Marina Carmona posa en las instalaciones de Metrópoli RUBÉN PACHECO

Aunque recuerda la “introducción al mundo de México” que le facilitó González y el aprendizaje de “la importancia de revivir las buenas canciones” que le encomendó Fergó, Carmona se queda con su colaboración con Ale en la canción Contar Hasta 10. “La vida me mandó a AleMor. Era uno de los temas más especiales, lo tenía que cantar alguien que tuviera esa sensibilidad, y a AleMor le sobra. Fue una colaboración soñada”, garantiza la madrileña. Para la formación de su sonido, a Carmona también le han influido artistas como Luz Casal, Concha Buika, Rozalén, Mon Laferte o Kany García, que no se limitaron a agradar a un “público específico” y han desarrollado “su discurso muy a fuego lento”.

Los barceloneses, exigentes pero entregados

El pasado 2 de marzo, Carmona se presentó por primera vez en solitario en Barcelona. Lo hizo sobre el escenario de Casa Seat, donde se enfrentó a la exigencia del público barcelonés. “Lo que más veo del público de aquí es que necesitan conocerte de cerca, mirarte a los ojos, que tu les cuentes lo que te estoy contando y, a partir de ahí, darte una oportunidad en tu concierto. Tienes que venir aquí y tienen que sentir tu cercanía”, remarca, tras lo que destaca a Rosario como una referencia en este aspecto. “La gente de aquí ama a Rosario. Se lo ha ganado muy poco a poco, viniendo mucho y sintiendo como eran los barceloneses”, apunta la artista madrileña.

Marina Carmona posa para Metrópoli RUBÉN PACHECO

La exigencia de la audiencia no impidió que Carmona sintiera su entrega. “En mi concierto en Casa Seat canté un poquito en catalán, y rápidamente sentí gritos. El público se entrega mucho y me encanta, por eso tengo muchísimas ganas de cantarles”, asegura.

La madrileña, que el pasado jueves volvió a actuar en Casa Seat durante una colaboración con Nia Correia, celebra que “Barcelona tiene un público al que le gusta mucho la música”, y valora que existen “muchos festivales y mucha gente tocando en numerosas salas”. Por todo ello, Carmona, que próximamente volverá a actuar en la ciudad, insiste en que la capital catalana “siempre será un sitio en el que hay que parar” durante sus giras.

Disfrutar la identidad

La artista no está preocupada por sus próximos pasos artísticos. Rechaza la “era de la inmediatez” y asegura que, a día de hoy, está disfrutando” su identidad. “He estado dos años haciendo este disco. Se me encoge el pecho al pensar en volver a meterme en el estudio. A las canciones y a los discos hay que darles su tiempo y su cuerpo para que la gente se empape bien de ellos”, resalta la artista.

Sin embargo, Carmona apunta la posibilidad de realizar alguna colaboración próxima. Seguramente venga alguna de las canciones con alguien, o algún tema nuevo en la misma línea”, indica, tras lo que recuerda que antes quiere hacer mucho más ruido”. Me encantaría recorrerme toda España e irme fuera. En Latinoamérica tienen un público maravilloso”, subraya.

Sin presión por materializar estas ilusiones, la artista dice ser como la vida disponga”, por lo que aquello que venga lo recibirá en el momento que tenga que recibirlo”. Y es que el carpe diem también forma parte de la Identidad de Marina Carmona.