El Servicio de Atención a Inmigrantes, Emigrantes y Refugiados (SAIER) del Ayuntamiento de Barcelona atendió el mes de enero pasado a un total de 566 personas solicitantes de asilo, una cifra récord que supone un 85 % más que en el mismo mes de 2016.

Si bien en el 2002 solo se atendieron a 304 personas, en el 2016 estas ya fueron 2.292. Sorprende la procedencia de estas, ya que rompe con el esquema mental que suele tener la sociedad.

Y es que, hoy por hoy, los sirios son los sextos en pedir asilo en Barcelona con 111 demandantes este año. Una cifra que se encuentra muy por detrás de los ucranianos (549) y los venezolanos (415), máximos solicitantes. Les siguen de cerca Honduras, El Salvador y Pakistán.

En este aspescto, destaca también incremento de menores de edad que piden asilo, que el año pasado llegaron a 364, lo que supone un 46% más que en el 2015. 

El presupuesto que actualmente destina el Ayuntamiento de Barcelona a atender estas personas migradas es de 1,14 millones de euros. “Un dinero que debería poner el Estado, ya que dispone de él”, ha aseverado el teniente de alcalde Jaume Asens.