Barcelona no cederá los colegios electorales para el referéndum del 1 de octubre. Al menos de momento. Una vez terminado (este viernes) el plazo de 48 horas dado por el Govern para que los ayuntamientos confirmen la disponibilidad de sus locales, la alcaldesa Ada Colau se ha dado un poco más de margen para tomar una decisión definitiva.

Tras la suspensión del referéndum por parte del Tribunal Constitucional, Colau ha pedido garantías al Govern de que no se pondrá en riesgo a la institución ni a ningún trabajador municipal. Y lo ha hecho en una carta dirigida al presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y al vicepresidente, Oriol Junqueras, en la que reclama que informen al consistorio de "las actuaciones que tienen previstas, dadas las nuevas circunstancias" (en alusión al auto del Constitucional).

En la misiva, la alcaldesa reitera la disposición del Ayuntamiento a "garantizar y facilitar el derecho a la participación política y a la movilización ciudadana" el próximo 1 de octubre, siempre y cuando no afecte a los trabajadores públicos. El Ayuntamiento esperará a la respuesta de la Generalitat, prevista en los próximos días, antes de decidir si cederá los colegios electorales.

“Si el Govern tiene pensado continuar con su plan de ruta, tiene que explicarnos qué hacer tras estas nuevas circunstancias”, ha alegado en este sentido el primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello. Tras la suspensión del Constitucional, "no podemos fingir que no ha pasado nada".



"FALTA DE CORAJE"

Las críticas del grupo municipal Demòcrata no se han hecho esperar y su portavoz, Jaume Ciurana, ha lamentado la “falta de coraje de la alcaldesa” y ha reclamado que deje atrás la ambigüedad. “Tiene que decidir si está con el Parlament o con el TC, si está con Puigdemont o con Rajoy, con quienes quieren poner las urnas el 1-O o con quienes quieren prohibirlas”, ha aseverado Ciurana, cuyo partido -según ha denunciado en numerosas ocasiones Pisarello- no cedió los colegios electorales en la consulta del 9-N.

RESPUESTA MUNICIPAL

Buena parte del éxito del referéndum del 1 de octubre, según reconocen sus organizadores, pasa por la colaboración de los ayuntamientos catalanes; y muy especialmente por el de Barcelona, con más de 1.600.000 habitantes y cerca del 21% del censo electoral. No en vano, en la capital catalana hay cerca de 260 colegios electorales y más de 1.300 mesas electorales. 

Por ahora, y según datos de la Asociación de Municipios por la Independencia, un total de 674 de los 948 ayuntamientos catalanes habrían dado apoyo a la consulta, lo que representa alrededor del 40% de la población catalana. Una quincena de consistorios, por el contrario, ya han mostrado su rechazo inequívoco a participar, entre ellos Tarragona, Lleida, L'Hospitalet de Llobregat, Mataró, Terrassa, Cornellà del Llobregat, Castelldefels, Viladecans, Rubí y Santa Coloma de Gramanet. En el caso de Barcelona, la incógnita se mantendrá unos días.

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