La gestión de Cementiris de Barcelona está bajo sospecha. La empresa municipal, presidida por Eloi Badia, no avisó a los bomberos después del derrumbe de 140 nichos que provocó que los restos óseos de unos 400 cadáveres quedaran al descubierto y se mezclaran con otros difuntos. Dos días antes se produjo ya una grieta y Cementiris tampoco avisó entonces al cuerpo municipal, según han explicado fuentes conocedoras de la investigación a Metrópoli Abierta.
El desprendimiento del pasado viernes afectó, inicialmente, a 112 nichos y, por motivos de seguridad, Cementiris derribó otros 30. Según fuentes de la investigación, en cada nicho había los restos de entre dos y tres personas.
Cementiris de Barcelona, según fuentes del sector, actuó incorrectamente al abrir los nichos de las personas que habían fallecido hace menos de dos años. La normativa obliga a comunicar este procedimiento al juez y a los familiares antes de volver a enterrar los cadáveres, un paso que no hizo la empresa municipal.
La crisis de Cementiris puede pasar factura a Badia. El regidor de Presidencia, agua y energía comparecerá este viernes en el Ayuntamiento con Jordi Valmaña, director general de Cementiris de Barcelona, para explicar las actuaciones realizadas en Montjuïc.
La primera reacción de Cementiris de Barcelona fue anunciar que el proceso de identificación y rehabilitación de los sepulcros sería “largo y lento”. La empresa municipal cifró en unos nueve meses el tiempo que necesitarían para su reconstrucción.
FALTA DE INVERSIÓN
Algunos familiares afectados, sin embargo, aseguran que Cementiris de Barcelona tampoco avisó al juez ni al forense para iniciar los trabajos de reconstrucción y denuncian “otras irregularidades”.
Badia, el ideólogo de todos los procesos de remunicipalización, no ha sido capaz de gestionar una de las mayores crisis que se producen en el mandato de Ada Colau. Hace unos meses, Cemebtiris de Barcelona vivió otro capítulo muy tenso al desalojar un sepulcro sin que sus familiares recibieran la pertinente notificación.
Cementiris de Barcelona acumula 22,2 millones de beneficios en los últimos años y algunas familias afectadas denuncian que la empresa municipal sólo invierta en el museo y en nuevas oficinas, en lugar de reparar sus instalaciones más degradadas.
El pasado martes (19 de septiembre), la Síndica de Greuges de Barcelona, Maria Assumpció Vilà, visitó la zona afectada por los desprendimientos. Antes se reunió durante casi 45 minutos con Valmaña y dos personas más.
Un día antes, la Síndica decidió abrir una actuación de oficio para investigar el derrumbe. Vilà recalcó que si el hundimiento se debía a la mala conservación y a la falta de mantenimiento, podría derivarse una responsabilidad de la empresa municipal en el accidente.