El sindicato CSIF (Central Sindical Independiente y de Funcionarios) ha denunciado que la política de permisividad que mantiene la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, respecto al fenómeno de lo vendedores ambulantes ilegales está sirviendo para agravar el problema.
Según afirma este sindicato, la presencia del top manta en el centro de Barcelona se ha disparado y denuncia que “los manteros campan a sus anchas” y cifra entre 200 y 400 el números de vendedores que habitualmente ejercen esta actividad en los alrededores de la plaza Catalunya. “La permisividad latente por parte del Ayuntamiento de Barcelona y la falta de efectivos policiales hacen que las mafias del 'top manta' se apropien de Barcelona”, asegura en un comunicado.
Además, el sindicato lanza una dura acusación al Ayuntamiento cuando asegura que algunos servicios policiales “han sido retirados para poder permitirles que sigan con impunidad ejerciendo esas actividades ilegales, como precio a pagar, para mantener una falsa paz social”.
El sindicato defiende también que la numerosa presencia de este tipo de vendedores ambulantes ilegales supone una serio contratiempo para los comerciantes que actúan dentro de la legalidad ya que sus ventas y, por lo tanto, su superviviencia, se ven perjudicadas por la presencia de los denominados 'manteros'.
Las asociaciones de comerciantes han reclamado en repetidas ocasiones al gobierno municipal que tome medidas urgentes para subsanar lo que consideran una situación alarmante para el comercio legal, sobre todo en la zona centro de la ciudad, la mas afectada por la presencia de los manteros. Sin embargo, dichas asociaciones consideran que desde el Ayuntamiento no se ha dado cumplida respuesta a sus peticiones de los comerciantes, que han visto como el problema se ha ido agudizando, por lo que encontrar una solución adecuada se hace cada vez más complicado.
Los comerciantes tambien consideran que algunas actuaciones esporádicas de las fuerzas del orden no bastan para reconducir la situación y las quejas de algunos de ellos estàn sustentadas en la sensaciòn de que Barcelona se ha convertido en una ciudad que da muchas facilidades a la venta ilegal ambulante, causando un serio perjuicio a los comercios que actúan dentro de la legalidad.