Leguina: "Los de la CUP están muy bien alimentados para hacer la revolución"
El ex presidente de la Comunidad Autónoma de Madrid acusa a Colau de "oportunista"
8 diciembre, 2017 10:51Noticias relacionadas
Joaquín Leguina fue el primer presidente de la Comunidad Autónoma de Madrid desde 1983 y 1995 hasta que Alberto Ruiz-Gallardón se hizo con el cargo. Este dirigente histórico del PSOE madrileño ahora se dedica a la literatura. Acaba de publicar la novela «Os salvaré la vida», junto con Rubén Buren, con la que han ganado el premio de novela histórica Alfonso X el Sabio. Su nueva novela explica la agitada vida de Melchor Rodríguez, un anarquista conocido como «El Ángel Rojo», que salvó la vida de muchos franquistas durante la Guerra Civil. Es el bisabuelo de Rubén Buren, coautor de la novela.
Amapola, la nieta de ese "Ángel Rojo", es la protagonista del último libro de un Leguina que ahora que ve la política desde fuera. Igual por eso puede opinar con sinceridad de Barcelona como metrópolis, de la burguesía barcelonesa, de Pedro Sánchez o de Ada Colau. Sin pelos en la lengua.
Aunque ha venido a Barcelona a presentar su libro, es inevitable hablar de la reacción del Estado al referéndum del 1 de octubre.
No puedo decir mucho porque ya se ha dicho casi todo. Pero a mí me parece que ya era hora que Papá Estado riñera al niño malcriado. No hay delito sin castigo. Si alguien va a cometer un delito, la obligación del Estado, en este caso de los jueces, es prevenirlo. Con eso está dicho todo. Lo demás es mala literatura y populismo, tanto nacionalista, como de otro tipo. Esto, una sociedad como la catalana, lo va a pagar muy caro… A medio plazo, lo va a pagar muy caro. A no ser que éstos se den por vencidos, cosa que dudo. Con la CUP no se puede convivir. ¡A ver si nos enteramos de una vez! Ustedes pretenden convivir con una pandilla de revolucionarios que no van a hacer nunca la revolución. Ya se dejó escrito: son demasiado pocos y están muy bien alimentados.
¿Cómo surge la idea de su última novela? ¿Cómo era ese héroe que salvó la vida de muchos franquistas que usted describe?
Es una novela que yo creo que se lee bien, que funciona, porque habla de momentos terribles de la España del siglo XX y el héroe tuvo una vida muy dura. Era un obrero, un chapista, un obrero ilustrado, leído. Sus poemas no son precisamente los de Rilke, pero escribió muchísimos poemas. Hubo música para esos poemas. Era amigo de los hermanos Quintero. Se movía en un ambiente muy propio de Pastora Imperio.
¿Sería el Schindler español?
Sí, pero Schindler salvó a unos cuantos cientos de judíos. Melchor Rodríguez salvó de la muerte segura a del orden de 20.000 franquistas, que no es poco. Evitó las sacas de las cárceles. Además, en el acto de Alcalá salva a 3.000 presos que hubieran sido linchados. También a través de las embajadas, porque era amigo del embajador chileno. La embajada de Chile en Madrid tenía cinco o seis sedes durante la Guerra Civil sólo para meter gente refugiada.
¿Qué lección se puede sacar de esta historia?
Las ideas no hay que defenderlas a estacazos. Hay que aprender de una historia terrible de España. Éste fue de los héroes más importantes de la guerra. Hubo otros héroes en el bando republicano, pero 20.000 vidas no se salvan cada día… Es la gente que cabe en un estadio de fútbol.
Pasemos el foco a la actualidad. Usted, como presidente de la Comunidad Autónoma de Madrid que fue en los años 80, ¿cómo ve Barcelona hoy en día?
Por suerte para Barcelona, no es como en los años 20, cuando era la Rosa de Sangre. Por suerte, la sangre no va a llegar al río...
…y qué le parece como ciudad, como metrópolis…
…pues una ciudad espléndida, de eso no tengo la menor duda. Va a ser muy difícil que deje de serlo. Es una ciudad que tiene mar, cosa que Madrid no tiene (risas). Desde el punto de vista urbanístico, aquí hubo cabeza. Un aspirante a político español, que se llamaba Cerdà, hizo todo esto del Eixample… Cerdà tenía cabeza. Ese apellido, en Chile, por cierto, se ha tergiversado y se llama Cerda. ¡Manda pelotas!
Desde luego, sobre todo para alguien que ordenó Barcelona.
(risas) ¡Sí, claro! Hizo una ciudad es agradable comprobar que Barcelona es una ciudad bien construida. Se hicieron destrozos, como se hacen siempre. Sigue siendo una ciudad habitable, sí. Esto es un sarampión que ya pasó Barcelona antes de la guerra, por una burguesía que no debe estar orgullosa ni de su pasado ni de su presente.
Ni de su pasado…
Su pasado lejano consistió en apoyar todo tipo de golpes de Estado. La burguesía catalana es la que anima a Primo de Rivera a dar el golpe. El golpe de Primo de Rivera significa el suicidio de la monarquía y explica la llegada de la República. Como el sindicalismo era muy importante en Barcelona, la burguesía cogió a los pistoleros de Durruti, y ordena asesinar al Noi del Sucre, a Salvador Seguí. Es la burguesía catalana. Está archidemostrado. Miré usted, luego apoyan a Franco. Viven estupendamente bien con Franco. Y luego apoyan a Pujol. Mire usted los resultados. Yo le pediría a esa burguesía que nos enseñe su seny…
…su sentido común…
Claro.
¿Usted se encuentra como en casa en Barcelona?
Claro. Tengo muchos amigos aquí. Yo soy íntimo amigo de Pasqual Maragall, aunque no entienda su política. Yo a Pasqual le quiero mucho como persona. Es una persona solidaria, excelente. Le quiero mucho.
¿Y cómo está?
De vez en cuando suena el teléfono y es él. Está luchando. Le he conocido a fondo. Me pareció un alcalde de Barcelona estupendo. Todos cometemos errores. Él también. Su error se llama el Tripartito y el nuevo Estatut.
¿Y Ada Colau?
No la conozco.
¿Una opinión política de ella?
Tonta no me parece, desde luego. Ahora bien, la forma de llegar a la política, desde el activismo, defendiendo causas muy nobles, que no le afectaban a ella para nada, pues me parece de un oportunismo bastante peligroso. Ahora, como persona no la conozco. No puedo opinar.
¿Y usted, como político?
Yo ya estoy jubilado de casi todo, menos de la vida y de la literatura. Pienso seguir escribiendo. Pero eso no quiere decir que sea ni neutral, ni ajeno a lo que está pasando.
¿Pedro Sánchez?
Creo que está bien físicamente. Mentalmente, no lo sé. No me gusta mucho. Ni le he votado.
¿Puedo publicar esto?
Sí. Sí. Él lo sabe porque se lo he dicho yo…