La estrella de Ada Colau, otrora fenómeno mediático, se apaga. Parte de la culpa puede que sea de su particular forma de gestionar el Ayuntamiento de Barcelona (que gusta a bien pocos) pero la otra parte es sin duda de la oposición, que no desperdicia la ocasión para despellejar a la alcaldesa de Barcelona en cuanto se pone a tiro. La demostración de esta teoría es la contundencia con la que los diferentes enemigos políticos de la líder de Barcelona en Comú (BeC) han reaccionado al tradicional encuentro de la alcaldesa con la prensa celebrado el lunes en el Col·legi de Periodistes de Barcelona. Los calificativos para echar por tierra el discurso de Colau han dado la sensación de ser una competición por ver quién la decía más gorda.
En una matinal de ruedas de prensa consecutivas, diferentes portavoces o presidentes de cuatro de los seis grupos municipales se han turnado para poner verde a la alcaldesa a propósito de su conferencia. El primero ha sido el portavoz del Grupo Demócrata (PDeCAT), Jaume Ciurana, que le ha dedicado sutilezas como que “ha perdido la frescura intelectual y política, y hasta la ilusión” . Y por si fuera poco, el edil demócrata ha advertido de que Colau se ha convertido “en una gran decepción para mucha gente. Ahora representa el conservadurismo y el inmobilismo como nadie”. Ciurana ha dado por finiquitada la legislatura de los comunes porque el discurso de su líder “suena cada vez más vacío, más impostado y menos sincero”.
Carina Mejías , presidenta del Grupo Municipal de Ciutadans (Cs), ha sido una estilista más fina y solo ha reprochado a Colau el “pobre balance” que podía hacerse de su conferencia y por ende de su labor de gobierno ya que no ha impulsado “ningún proyecto reseñable, más allá de la improvisación de los carriles bici”. Pero la mejor puya se la ha clavado cuando le ha restregado que planea someter a la ciudad “a los intereses de los independentistas” (uno de los puntos débiles de la alcaldesa), en un “cambio de cromos” de abstenciones para, de una tacada, aprobar los presupuestos municipales, elegir a Roger Torrent (ERC) como presidente del Parlament de Catalunya y, si llegara el caso, hasta para investir a Puigdemont. “Hay un pago de favores entre comunes e independentistas”, ha denunciado Mejías.
ALEJADA DE LOS PROBLEMAS REALES
La portavoz del Grupo Municipal Socialista (PSC), Carmen Andrés, tampoco se ha andado con chiquitas y ha calificado el balance anual de Colau ante la prensa local de “superficial, complaciente y alejado de la problemática real de los barceloneses. No ha mencionado ninguno de los problemas principales recogidos en el último barómetro semestral”, ha añadido. Y encima, tras romper con el PSC, la alcaldesa “se ha quedado sin hoja de ruta para el resto del mandato”, ha advertido Andrés.
También tenía el hacha (muy) afilada el presidente del Grupo Municipal Popular (PP), Alberto Fernández. Sin contemplaciones, ha reprochado a Colau que “no sabe ejercer de alcaldesa y sigue de activista”. Pero eso solo ha sido el calentamiento, porque directamente ha acusado a la alcaldesa de mentir “y de echar la culpa a los demás de sus mentiras y de su mala gestión”.
Y como colofón, las cuatro formaciones han coincidido en remarcar que Ada Colau “no tiene proyecto de ciudad” ni a medio ni largo plazo. “Intenta imponer un relato cortoplacista en términos de pura supervivencia política”, ha matizado Ciurana. Y se ha lanzado directo a la yugular: “Colau es perjudicial para una ciudad ambiciosa como Barcelona. ¿Dónde está su proyecto transformador?” . Y se ha respondido él mismo: “Lo único que dejará Colau de su paso por la alcaldía de Barcelona serán la parálisis de la inversión publica y los gestos de pura propaganda ideológica”.
MEDIDAS IMPROVISADAS Y FRUSTRACIÓN
Por su parte, Carina Mejías ha dedicado otro de sus tirones de oreja a la nefasta política de vivienda de Colau, llena de “medidas improvisadas que no se han calculado bien” y de “vetos”. En la misma línea se ha situado Carmen Andrés, quien ha recordado que “la única medida” que ha propuesto en este campo “no está en sus manos sino en las del Congreso”. La edil socialista ha dado una vuelta más de tuerca y ha echado en cara a BeC que, en políticas de vivienda “ha pasado de la indignación a la impotencia y va a acabar frustrando a los barceloneses”.
Para acabarlo de rematar, Alberto Fernández ha subrayado que “Colau no representa a ‘la mejor Barcelona’ porque ella es parte de su mala proyección”, así que de poco servirán las campañas de imagen de la ciudad que se quieren poner en marcha coincidiendo con el Mobile World Congress (MWC) si la alcaldesa “promueve la turismofobia y una Barcelona amigable con los incívicos, los manteros y los okupas”. Y el edil del PP ha sentenciado: “La gestión de Colau una adversidad más para Barcelona que se debe subsanar”. ¿Y por qué es una adversidad? Fácil. Porque utiliza "la técnica del calamar: lanza la tinta pero culpa a los demás. Solo pone cortinas de humo para que no se vea que no haces nada", ha aclarado Fernández..