La situación en el Ayuntamiento de Barcelona es mucho más complicada de lo que puede parecer a simple vista. Los líos en los que está metido el equipo de la alcaldesa Ada Colau son numerosos y en el seno del grupo de los 'comuns' se busca la manera de apagar los fuegos de la forma más discreta posible.
El nombre que resuena una y otra en el seno del equipo político de la alcaldesa cada vez que se habla de líos es el de Eloi Badia. El concejal de Presidencia y de Agua y Energía está implicado en los temas más espinosos ante los que tiene que lidiar el equipo de gobierno, desde los graves asuntos que atañen a Cementiris hasta el intento, fracasado por el momento, de la remunicipalización del agua, pasando por el estrepitoso descalabro de la creación de una funeraria municipal. La gestión que se ha hecho en todos esos ámbitos ha sido deficiente y las dudas respecto a la capacidad de gestión del concejal son cada vez mayores.
Por el momento, Badia sigue contando con la confianza de Colau, aunque ya se sabe que en política muchas veces eso no basta. La alcaldesa sigue viendo en él a un hombre con una gran capacidad de trabajo, en contraposición a otros de sus colaboradores, y a uno de los principales ideólogos de su equipo, aunque puesto cada tema en el lado de la balanza que corresponde, el resultado es preocupante
CRISIS NO RESUELTA
La todavía no resuelta crisis de Cementeris es uno de los asuntos más conflictivos. El derrumbe de unos nichos en el cementerio de Montjuïc puso al descubierto una cuestionable gestión que puede acabar en los tribunales de justicia. Desde el Ayuntamiento no se supo reaccionar a tiempo y conforme se ha ido profundizando en el tema se ha visto que los déficits de gestión son mucho mayores de lo que se podía imaginar: falta de inversión, escasez de mantenimiento y nula capacidad de respuesta a los problemas se apuntan en el debe del concejal.
El asuntó se agravó cuando la propia Síndica Maria Assumpció Vilà señaló a Badia como responsable político de lo sucedido en Montjuïc y cuestionó de manera pública la actuación de los responsables de Cementiris en esa crisis. Y eso, en un equipo acostumbrado a pedir dimisiones por mucho menos, se ve con mucha suspicacia.
EL AGUA QUE QUEMA
Otro asunto delicado es el intento de remunicipalización del servicio del agua, un tema en el que Badia quiere llevar siempre la voz cantante del equipo de gobierno, aunque vaya de charco en charco. Aunque el grupo de los 'comuns' parece ir a una en este asunto, la forma en que se ha intentado llevar adelante ha despertado muchas dudas. Primero se quiso hacer a las bravas, buscando incluso el enfrentamiento con las empresas que ahora tienen la concesión, pero estas respondieron de manera firme y el asunto se fue apagando.
Entonces se puso en marcha una campaña de recogida de firmas para simular que dicha remunicipalización es, en realidad, una petición ciudadana, pero el efecto tampoco ha sido el deseado. Las firmas recogidas están muy lejos de las que aspiraban a alcanzar y han optado por alargar el plazo de recogida para intentar salvar la situación.
Otro tema que preocupa y mucho al equipo de Colau es el de la multiconsulta. El último varapalo judicial ha sido de órdago, aunque desde el consistorio se ha intentado minimizar los daños. Badia es uno de los impulsores y defensores de esta consulta, en la que quiere que también se pregunte por el tema de la remunicipalización del agua.
CRÍTICAS EN EL DISTRITO
Y su todo esto no fuera suficiente, Badia ha recibido muchas críticas por su gestión al frente del distrito de Gràcia. Los comerciantes se sienten abandonados y la oposición se ha mostrado muy crítica por lo que consideran es una falta de proyecto para el distrito, que arrastra algunos problemas derivados de su particular idiosincrasia que ni siquiera han sido afrontados con seriedad por el actual equipo de gobierno.