El sindicato CSIF (Central Sindical Independiente y de Funcionarios) ha denunciado ante la Inspección Provincial de Trabajo y Seguridad Social al Ayuntamiento de Barcelona por el lamentable estado y la falta de mantenimiento de la comisaría de la Guàrdia Urbana del Eixample, situada en la calle de Nàpols, junto a la estación Nord. En concreto, el CSIF critica la importante dejadez del vestuario femenino de las instalaciones policiales.
El sindicato puso en conocimiento del gobierno de Ada Colau la situación de la comisaría, sin obtener respuesta hasta la fecha, según el secretario de comunicación del CSIF, Eugenio Zambrano. "Ante el desinterés mostrado por parte de la alcaldesa Colau", el CSIF presentó la citada denuncia.
Metrópoli Abierta ha tenido acceso al escrito del CSIF ante la dirección general de la Inspección Provincial de Trabajo y Seguridad Social, que se concretó el pasado 29 de enero. En él, el sindicato expone "graves deficiencias de mantenimiento (grifos roto o puertas sin arreglar), plagas de insectos (hormigas) y ubicación de taquillas en el interior de los lavabos", lo que se traduce en una falta de intimidad y en humedades y malos olores.
SIN CALEFACCIÓN
Otros problemas detectados son el mal funcionamiento de la calefacción del vestuario, "lo que hace que las agentes tengan que soportar bajas temperaturas para ducharse o cambiarse de ropa", falta de señalización para localizar la salida en caso de emergencia y ausencia de mamparas y de elementos antideslizantes en las duchas. En la misma zona de duchas, afirma el sindicato, hay una puerta que da a un balcón y que tiene los cierres rotos. Las policías han tenido que colocar una papelera para evitar que la puerta se pueda abrir desde fuera.
Tras la admisión a trámite de la denuncia, el pasado 2 de marzo la inspectora de Trabajo se personó en la comisaría del Eixample de la Guàrdia Urbana junto a representantes del sindicato CSIF. La inspectora levantó acta y ha citado al Ayuntamiento y a la parte denunciante (CSIF) para resolver la situación.
El mal estado y la dejadez de una comisaría de la Guàrdia Urbana no es nueva. Hace 12 años, los cuarteles de Sarrià-Sant Gervasi y de Sant Andreu presentaban cucarachas, humedades, malos olores, hacinamiento y falta de mantenimiento.