El 17 de agosto de 2017, cuando tuvo lugar el atentado yihadista en La Rambla de Barcelona, la alcaldesa Ada Colau estaba en una casa rural cerca de Ripoll con sus hermanas y su bebé de cuatro meses. Así lo ha recordado en una entrevista con El País recogida por Metrópoli Abierta. Ahora, un año después, se prepara para los actos de homenaje a las víctimas que se auguran polémicos por la visita del Rey Felipe VI.
Es por eso que la alcaldesa, siguiendo la tónica de los Mossos d'Esquadra, ha pedido que no se politice el evento. "Hay muchos otros días al año para hablar de monarquía o república", ha insistido.
En este sentido, ha reconocido que le dolió "la guerra de banderas en la manifestación a la que asistió el Rey" tras los atentados y ha resaltado que en el primer aniversario del atentado todo el mundo será bienvenido.
"Me causó vergüenza por las víctimas. Todas las ideas son legítimas, pero en un momento así es una barbaridad que alguien busque polémicas para sacar rédito político. Es moralmente repugnante", ha añadido confesando que lloró muchas veces en aquellos días. Asimismo ha pedido que haya un papel discreto de las instituciones, ya que "no hay que personalizar ni en el Rey ni en nadie", ha remarcado la edil.