La aparición en la escena electoral barcelonesa de Manuel Valls ha trastocado los planes del resto de partidos, y especialmente de la actual alcaldesa, Ada Colau. Aunque todavía no se sabe si el ex primer ministro francés acabará siendo el cabeza de lista de Ciudadanos en la lucha municipal del próximo mayo, su sombra se proyecta alargada, capaz de poner de los nervios a más de uno de los contendientes... incluyendo a Colau.
Las declaraciones de la alcaldesa este viernes, en su primera aparición pública tras las vacaciones -concedidas en exclusiva a la emisora RAC1- dicen mucho en la forma, pero también denotan un peculiar trasfondo.
En sus palabras, Colau parece decir que no le preocupa Valls como rival en las urnas, y que ni siquiera cuenta con alguien que no habita la ciudad que ella ahora rige. Sin embargo, la potencia del cartel de Cs presentando a un gran personaje, con prestigio europeo y foco mediático, sería un golpe muy efectista de cara al electorado. Sobre todo teniendo en cuenta que en los últimos comicios, las autonómicas de 2017, Ciudadanos se impuso en 7 de los 10 distritos barceloneses.
POBRE CARINA…
Preguntada sobre si prefería a Valls que a Carina Mejías como oponente electoral, Colau amagó con no darle importancia al asunto (“es un tema de ese partido con el que no tengo nada en común”), pero en seguida lanzó sus puyas contra el francés nacido en Barcelona: “No entendería que quiera ser alcalde de una ciudad que no conoce. Es alguien famoso, pero que no vive en la ciudad”.
Y dio por hecho algo por demostrar: “Los barceloneses quieren que su alcalde sea alguien de su ciudad y que viva su ciudad, no que venga de fuera”.
Finalmente -¿por agotamiento?-, Colau no pudo por menos que reconocer –ya no entre líneas- que preferiría que Mejías fuera la elegida por Cs, y que Valls no apareciese en el escenario: “Al menos Carina es de aquí, me sabría mal por ella...”.
Y apostilló: “Valls fue primer ministro de Francia, pero ha sido el peor valorado de todos. Ni siquiera Macron –actual primer ministro galo- quiso darle un papel allí…”.
O sea: Valls, ni en pintura, no vaya a ser que...
MARCHAMO EUROPEÍSTA
Una de las cosas que más puede llegar a preocupar a Colau y a los Comuns, actuales dirigentes de gobierno en el Ayuntamiento, es que, a pesar de las críticas de la alcaldesa, Valls tiene un reconocido prestigio internacional.
Llegar a ser primer ministro de Francia -el cargo más importante en una República tras el presidente de la ídem- no lo regalan y sí confiere un marchamo de notoriedad. Valls estuvo en el cargo desde el 31 de marzo de 2014 hasta el 6 de diciembre de 2016, suficiente para labrarse ese prestigio mundial… y hacerse con contactos internacionales de primera categoría.
Más aún, Metrópoli Abierta está en condiciones de afirmar que uno de los puntos de inflexión de Cs, en el caso de que Valls sea finalmente su candidato, es el marco europeo. Europa, toda.
Valls sería el hombre perfecto para transferir todo su saber y prestigio continentales, transmitiendo un mensaje de que Barcelona está en la Primera División de las ciudades europeas, pero que se halla en peligro de descender por culpa de las veleidades de Colau y los suyos. Así que puede y debe demostrarlo eligiendo a un alcalde formado y con plena visión universalista en un mundo cada vez más globalizado.
Es decir, todo lo contrario que la imagen introvertida y populista de Colau y los suyos.
LOS SOCIALISTAS, TAMBIÉN PREOCUPADOS
No tan solo Colau puede preocuparse de que Valls represente a Ciudadanos en las urnas. También en otro partido, el de los socialistas catalanes (PSC), empiezan a verle las orejas al lobo y a sopesar que el 'francés' puede ser un rival de cuidado si finalmente Cs lo lanza a la arena política municipal.
Puestos en una balanza, Valls pesaría mucho más que un Jaume Collboni que parece perder fuelle entre el electorado barcelonés conforme se acerca la fecha electoral.
Proclamado en abril candidato oficial del PSC para ganar la silla curul de la plaza Sant Jaume, Collboni, que se presentó en solitario en las primarias, no acaba de dar el peso para muchos de quienes manejan las riendas del PSC. Así que estos ya están pensando en buscar un relevo capaz de ganar la doble batalla: doblegar la imagen popular que mantiene en pie a Colau y, también, oscurecer la que emanaría de un Valls puesto en liza.
En este sentido, ha trascendido que quienes no le ven recorrido a Collboni ("nos hemos equivocado de candidato") ya están moviendo cielo y tierra para encontrar un mirlo blanco, capaz de proyectar de nuevo al PSC a la alcaldía. Un lugar de Barcelona desde el que gobernaron sucesivamente la friolera de 29 años (desde Narcís Serra a Jordi Hereu, pasando por Pasqual Maragall y Joan Clos) hasta quedar sepultados por los cambios de una ciudad que un día fue totalmente suya...