Era la crónica de una noticia anunciada. Este martes, Manuel Valls, el que fuera ministro del Interior y primer ministro en Francia bajo la presidencia de François Hollande, ha formalizado su candidatura para las próximas elecciones municipales por Barcelona, que se celebrarán en mayo de 2019.
"Quiero ser el próximo alcalde de Barcelona", ha lanzado en catalán este político francés, nacido hace 56 años en Barcelona. "Pero, para eso, necesitaré el apoyo de los barceloneses", ha añadido a continuación, en una Sala Mirador del CCCB llena a rebosar.
"Después de meditar la decisión durante un tiempo", el político ha decidido dar el paso en la ciudad en la que vio la luz y en la que vivió parte de su infancia. "Barcelona es una ciudad muy importante para mí", ha confesado, refiriéndose a su familia, a su barrio –Horta– y a su primer amor juvenil.
Valls ha hablado de una Barcelona actual en la que "existe inseguridad en los barrios, falta civismo, hay mala gestión del espacio público, falta la vivienda que se había prometido" y, en definitiva, una Barcelona "que se está deteriorando, hasta el punto de que hemos pasado a liderar los peores rankings".
CIUDAD DETERIORADA
Tras esa visión crítica de la ciudad que pretende dirigir como alcalde, Valls ha hecho hincapié en la complicada situación en la que se encuentra la ciudad y se ha comprometido a “recuperar” la Barcelona global de otros tiempos para que todos se sientan orgullosos de ella.
"Barcelona tiene grandes retos y necesita un área metropolitana que sea realmente potente", ha dicho también. "Quiero ser el alcalde de una nueva Barcelona y quiero ser el alcalde de todos los barceloneses".
EL TURISMO NO ES EL ENEMIGO
“El turismo no es el enemigo de la ciudad, lo que se necesita es un turista de calidad”, ha explicado respecto a uno de los temas que más polémica ha levantado en los últimos años. Tampoco quiere que se asocie la ciudad a términos como "narcoturismo" o "top manta".
Por otra parte, Valls ha destacado su experiencia profesional en el ámbito de la seguridad como ministro del Interior de Francia) y ha sido crítico con la gestión de la actual alcaldesa, Ada Colau. “Yo seré más firme que nunca contra la violencia”, ha prometido en su presentación, en la que ha intercalado tres idiomas: catalán, castellano y francés.
Valls asegura que seguirá en Barcelona pase lo que pase / EFE, Quique García
El de la vivienda es el principal tema que ha esgrimido Valls para atacar a Colau con más dureza: "La política municipal de vivienda ha fracasado; sólo se ha entregado uno de cada 22 pisos prometidos".
EL IMPACTO DEL 'PROCÉS' EN BCN
El nuevo alcaldable no se ha olvidado del 'procés' independentista que, según él, "ha afectado a Barcelona, de donde se han ido muchas empresas”. Valls considera que la confrontación constante excluye a la mayoría de personas que no se sienten identificadas con el independentismo. Por eso aboga por el cambio. "Soy un hombre de izquierdas", se ha proclamado.
"Necesitamos cambiar de rumbo", ha alentado con esperanza. Es por eso que su apuesta pasa por "una Barcelona global, capital de Europa, una ciudad de progreso que mira hacia adelante".
UN PROYECTO TRANSVERSAL
"Pase lo que pase (en las municipales) seguiré aquí y daré clases en ESADE", ha confirmado, por otra parte. Valls no piensa dar marcha atrás: la semana que viene dejará todas sus responsabilidades públicas en Francia para centrarse en la carrera municipal en Barcelona.
Es por eso que quiere invitar a todos los barceloneses a unirse al suyo, un proyecto transversal y amplio, a través de "una plataforma ciudadana".
Aunque se ha presentado como "candidato independiente", Valls ha agradecido el apoyo de Ciudadanos, esperando que sean más los políticos que se unan a su gran proyecto de ciudad, con el que luchará "contra los populismos y la demagogia", en clara referencia a los Comuns de Colau. "Europa ha de ser el antídoto al populismo".
Valls, que vuelve a sus orígenes, ha dedicado finalmente unas palabras de agradecimiento a Francia, en francés (han sido muchos los medios que han acudido al acto),añadiendo que su decisión ha sido difícil porque su relación con sus electores es intensa, especialmente en Evry, donde fue alcalde y aún es concejal.