Los operadores del Passeig Joan de Borbó han plantado cara a la concejala de Ciutat Vella, Gala Pin, tras acusarla de "improvisar y de jugar inconscientemente" con su futuro. La acusan de que, a pesar del amplio consenso que ha generado la revisión de la Ordenanza, una de cada cuatro terrazas del distrito ha pasado recientemente a encontrarse amenazada.
Todo se desató tras la reunión mantenida este martes entre la concejala Pin, el Gremi de Restauració y los operadores de Joan de Borbó, cuando éstos decidieron que solicitarán por escrito a la alcaldesa, Ada Colau, que asuma personalmente las competencias que tiene la concejala Pin sobre espacio público y terrazas en el ámbito de este distrito hasta la finalización del mandato.
Durante el encuentro, los representantes del distrito insinuaron que las terrazas podrían verse reducidas en un 25%, unas palabras que crisparon significativamente los ánimos de los restauradores y que pondrían en peligro las inversiones que se han hecho en este espacio. A continuación, el Gremi y los restauradores abandonaron la reunión, que quedó anulada.
La amenaza de nuevas reducciones, que ahora se han extendido a Joan de Borbó, ya se cernía sobre otros ámbitos del distrito. De hecho, desde que se aprobó la modificación de la Ordenanza (el 29 de junio de 2018), una de cada cuatro terrazas de Ciutat Vella (un centenar aproximadamente) ha pasado a encontrarse amenazada.
En algunos casos, se trata de un anuncio de reducción (como es el caso de Joan de Borbó y de la Rambla); en otros, los actos administrativos ya se han producido y han generado la interposición de más de 45 escritos de alegaciones y 15 recursos de alzada. La actitud de la concejala Pin contradice el pacto de las terrazas, que había liderado la alcaldesa Colau y que, en el resto de la ciudad, ha abierto una etapa de colaboración entre el Ayuntamiento y la restauración.
DESCONOCIMIENTO DE PIN
Durante la reunión, Pin reconoció no saber “qué pasará con las terrazas” de Joan de Borbó una vez acaben las obras. Los restauradores, por su parte, la acusaron de improvisar y de continuar generando incertidumbre sobre su futuro.
El miedo del sector se remonta a hace más de un año, cuando, en el marco de otra reunión, el Ayuntamiento se negó a aclarar sus intenciones sobre la remodelación del vial.
El Gremi pide a la alcaldesa que confirme que las terrazas no se reducirán. Esta cuestión se debatirá en la comisión de Ecología, Urbanismo y Movilidad, que tendrá lugar el próximo día 17.
DISCAPACITADOS
La posibilidad de desplazar las terrazas, de la parte baja a la alta de la acera, también preocupaba a los restauradores. En este sentido, la concejala Pin confirmó que, pasadas las obras, las terrazas volverán a su ubicación actual, es decir, tocando la fachada. Se trata de una medida ya trabajada con el Instituto Municipal de Personas con Discapacidad, tal como señaló la concejala.
Los detalles técnicos, sin embargo, aún se están debatiendo; el Gremi y los operadores han formalizado este miércoles, por registro, una propuesta concreta que permitiría hacer efectivo el derecho a la accesibilidad sin perjudicar las terrazas.