Tras haber quedado 'fuera de juego' en el orden del día en un par de ocasiones precedentes, el Pleno del Ayuntamiento de este jueves ha aprobado la nueva contrata de limpieza de Barcelona para el periodo que va desde 2019 hasta 2027.
Se trata del contrato de mayor volumen económico del Ayuntamiento: 307 millones de euros anuales, para un total de 2.400 millones por los ocho años acordados, ampliable a dos años más (8+2 prorrogable). Y, por primera vez, el sistema de control de la contrata se extrae de la propia contrata, independizándolo, y se llevará de manera directa desde el consistorio.
Janet Sanz, tenienta de alcalde del Área de Ecología, Urbanismo y Movilidad, ha sido la encargada de presentar la propuesta de los Comuns. La cuarta teniente de alcalde ha calificado la contrata de limpieza y recogida de residuos como “la mejor de la historia”.
La contrata supone privatizar el servicio e incrementa en 28 millones más el presupuesto anualmente, prmitiendo la incorporación de 225 nuevos puestos de trabajo. “Se trata de un salto cualitativo y cuantitativo, que permitiría mejorar la limpieza y adaptarla a cada barrio”, ha dicho Sanz.
Según Sanz, la nueva contrata mejorará también el reciclaje de residuos (del 36% actual al 60%, en 2030), ya que contará con contenedores inteligentes y dispondrá, entre otras cosas, de un Observatorio de Residuos que analizará su trazabilidad.
La votación ha salido adelante sin muchos problemas, con el apoyo de PDeCAT, ERC, PSC y de los concejales no adscritos Puigcorbé y Ardanuy. La CUP ha sido la única formación que ha votado en contra, mientras que tanto Ciudadanos como PP han preferido abstenerse argumentando que, aunque no están a favor de cómo se han llevado las negociaciones para la contrata, “la ciudad no puede quedarse sin limpiar”.