Las encuestas electorales que manejan los partidos catalanes de cara a las elecciones municipales del año que viene le dan a la actual alcaldesa, Ada Colau, y a su formación, Barcelona en Comú (BeC) un estancamiento, tras un ligero retroceso los últimos meses. Los últimos problemas con la Guardia Urbana, la inseguridad, los narcopisos o las promesas incumplidas en materia de vivienda parecen no pasar factura a Colau, a quien los sondeos sitúan como ganadora o, a lo sumo, como segunda, con 10 concejales, uno menos que en la actualidad.
En realidad, la horquilla que los sondeos manejan para los comunes oscila entre 8 y 11 concejales, aunque los expertos apuestan por una consolidación de 9 o 10 ediles. La horquilla es casi idéntica para Manuel Valls, el candidato que presentará una plataforma cuya principal fuerza es Ciudadanos, que puede llegar a los 9 representantes, si no empata también con Colau.
Para ERC, los sondeos auguran una horquilla de entre 7 y 10, por lo que es posible que consiga entre 8 y 9 representantes, con lo que casi dobla su presencia en el consistorio. El PSC, por su parte, se recupera un poco y puede oscilar entre 4 y 7 representantes, que pueden consolidarse en la media docena, dos más que en la actualidad. Quien se lleva un fuerte batacazo es el PDeCAT, que puede quedarse a la misma altura que el PSC, pero con menos votos. Incluso podría acabar con 5 ediles, lo que supone un retroceso histórico, ya que en las últimas municipales obtuvo 10 representantes. Por último, la CUP podría quedarse con sus tres representantes o incluso ganar alguno más.
LA PRESENCIA DE VOX
El PP, por su parte, es una incógnita. Según los expertos, si Vox presenta candidato, le puede arañar unos miles de votos que le podrían abocar a perder representación municipal, por lo que habrá que esperar para saber a qué atenerse. En el 2015, Vox obtuvo 1.520 sufragios, pero en la actualidad el partido de Santiago Abascal ha multiplicado su afiliación (en Cataluña la sangría de las filas de PP hacia Vox ha sido una constante en los últimos meses), por lo que esa cifra podría multiplicarse.
“Lo que destacan las encuestas es que ERC, contrariamente a lo que pasaba hace un tiempo, ya ha tocado techo. Parece claro que no ganará las elecciones, aunque sacará un resultado excelente con Ernest Maragall a su frente. El problema que tiene es que hay un sector del independentismo que no soporta a Maragall, aunque, por otro lado, ese candidato le puede suponer robar votos al PDeCAT e incluso al PSC, por lo que, a la postre, estos dos partidos resultarán perjudicados y pueden aportar más votos de los que se le escapan por el otro lado”, explican a Metrópoli Abierta fuentes conocedoras de las encuestas.
LA ESTRATEGIA DE MANUEL VALLS
A la vista de estos resultados, hay otra conclusión clara: habrá una pugna entre Colau y Valls, pero no habrá polarización de las elecciones, porque los comunes han de evitar también que se les escapen votos hacia ERC o hacia el PSC. Pero también es cierto que Valls tratará de convertir los comicios en un pulso entre ambos. “Lo que quiere Ciudadanos es ganar las elecciones, sacar un voto más que sus oponentes. Si eso es así y el PSC saca un buen resultado, Valls considera que lo tiene muy fácil. Confía en que, si se cumplen esas previsiones, Colau no alcance los apoyos suficientes para ser alcaldesa, ya que el PSC se abstendría en la votación, con lo que al final se podría llegar a investir como alcalde a Valls por ser el más votado”, explican las fuentes.
Esa posibilidad, no obstante, no tiene en cuenta que el bloque independentista podría conjurarse y dar su apoyo a Colau sólo para evitar que un representante de Ciudadanos no sea alcalde de Barcelona. Además, hay otra variable: Colau podría llegar a un acuerdo con ERC, lo que le acercaría a la docena y media de concejales. Si el PSC no entra en la ecuación, la CUP podría prestar su apoyo puntual para determinados temas sociales, por lo que la líder de los comunes podría aplicar tranquilamente la estrategia de gobernar en solitario pero con pactos puntuales alternativos con socialistas y con cupaires.