La despedida de Alfred Bosch como líder de ERC del Ayuntamiento de Barcelona no ha podido ser todo lo tranquila que el político hubiera deseado. El nuevo conseller de Exteriors, que ha sido sustituido en la lista del partido para las próximas municipales por Ernest Maragall, ha tenido que escuchar un durísimo ataque que su ex compañero de partido Joan Josep Puigcorbé le ha lanzado.

Durante el pleno municipal, Alfred Bosch ha hecho acto de presencia para despedirse de los que hasta hoy mismo han sido sus compañeros en el consistorio. Tras el discurso de Bosch, que ha agradecido a todos y cada uno de los presentes las buenas relaciones que han mantenido durante todos estos años pese a las discrepancias políticas, la alcaldesa Ada Colau ha optado por dar la palabra a los representantes de cada uno de los partidos para que se despidieran públicamente del ya conseller. La alcaldesa ha dado paso en primer lugar a los concejales no adscritos.

DURA ACUSACIÓN

El primero en tomar la palabra ha sido Puigcorbé, que entró en el consistorio en la lista de ERC, pero que abandonó las filas republicanas tras un escándalo en la Diputación, de la formaba parte como delegado de Cultura, y pasó a ser concejal no adscrito.

Lejos de hacer una despedida amable y conciliadora, Puigcorbé ha lanzado una gravísima acusación contra el actual conseller de Exteriors de la Generalitat.

Este ha sido el discurso que ha dirigido a Alfred Bosch:

“Usted me propuso ser el número dos de su candidatura. Deje profesión, casa y ciudad. Pasadas las elecciones me entregue muy ilusionado a la tarea de regidor y sobre todo a la actividad frenética como diputado de Cultura. Y cuando ya estaba a punto de recoger los frutos, recibí una puñalada por la espalda en una de las acciones más vergonzosas y sin precedentes en la historia de las dos instituciones. Alguien filtro un supuesto informe de la Diputación, que no era el informe oficial, aquel que decía muy claramente que el 93 % de los trabajadores estaban contentos con sus jefes, sino un informe paralelo encargado específicamente en contra mío por tu amigo y jefe de campaña, el señor González Cambray, como consta oficialmente en las actas de las reuniones. Y cuando al día siguiente, más de cien personalidades de la cultura firmaron un manifiesto a favor mío, usted pidió a su equipo que llamasen uno por uno a todos los firmantes para que se echaran marcha atrás. Incluso usted mismo me acusó en Beteve Televisió. No es que se saltasen la presunción de inocencia, es que ustedes eran los acusadores, como todo el mundo sabe perfectamente. Creo que ha cometido un grave error. Le pido, por favor, que lo corrija”.

En el turno de las despedidas, Alfred ha ido estrechando la mano y abrazándose uno por uno a todos los líderes de los partidos políticos municipales. A Puigcorbé ni se ha acercado.

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