Xavier Vilaró, el jefe de la Guàrdia Urbana que fue cesado por Xavier Trias, se ha reincoporado este martes a la operativa de la policía local barcelonesa. Metrópoli Abierta ha tenido acceso a la orden del cuerpo en la que se dice que, desde el 15 de enero, Vilaró se hace cargo de la "inspección nocturna, dependiendo directamente de la Prefectura del cuerpo". El intendente mayor, cargo que sigue ostentando porque es funcionario de carrera, se ha pasado los últimos siete años como jefe de seguridad del Museu Picasso, de titularidad municipal.
Oficialmente, Vilaró jamás ha dejado el cuerpo policial, pero se ha pasado siete años alejado del día a día de la Guàrdia Urbana. Fuentes próximas al intendente mayor explican que Vilaró ha pedido regresar al cuerpo policial. De hecho, cuando fue enviado al Picasso pactó con el Ayuntamiento que, si una de las dos partes pedía la reincorporación, ésta se produciría. Vilaró fue jefe de la Urbana durante siete años, con Joan Clos y Jordi Hereu como alcaldes.
IMPACTO DE BALA DE GOMA
En junio 2008, siendo jefe de la Guàrdia Urbana, Vilaró protagonizó una agria polémica con los Mossos d'Esquadra. El policía aseguró que la noche del 29 de junio de 2008 recibió el impacto de una bola de goma disparada por los mossos en la plaza de Espanya -durante los actos de celebración por la victoria de España en la Eurocopa de fútbol de 2008- que obligó a extirparle el bazo. El caso suscitó una enorme polvoreda política. Algunos medios le acusaron de mentir y de no estar allí, algo que quedó demostrado que era falso. Vilaró se querelló contra dos medios, pero en 2011 retiró la denuncia y la querella se archivó a cambio de que los periodistas admitiesen su error.
El caso Vilaró también tensó las relaciones entre los Mossos d'Esquadra y la Guàrdia Urbana, especialmente a nivel político entre el secretario de Seguridad de la Generalitat, Joan Delort, y la regidora de Seguridad en el Ayuntamiento, Assumpta Escarp, muy próxima a Vilaró. En 2011, con la llegada de Trias a la alcaldía, Delort se convirtió en el gerente de Prevención, Seguridad y Movilidad del consistorio. Trias ya había tomado la decisión de destituir a Vilaró, pero la llegada de Delort a la Casa Gran lo acabó de convencer. Fuentes cercanas a Vilaró opinan que el cese se produjo "por desconfianza política". Trias nombró como jefe de la Urbana a Evelio Vázquez, que sigue al frente de la policía local.
REGRESO A CUATRO MESES DE LAS ELECCIONES
Desde el entorno del intendente mayor aseguran que no hay nada de extraño en la vuelta de Vilaró, ni hay que hacer ninguna lectura política. Las mismas fuentes apuntan que Vilaró se aburría en el Picasso y viendo la deriva de inseguridad que está tomando la ciudad y el aumento de los delitos, ha decidido volver a la Guàrdia Urbana. A Vilaró le gusta más la acción a pie de calle que estar sentado en un despacho.
Pero no menos cierto también es que el regreso se produce a cuatro meses y medio de las elecciones municipales sabiendo que Trias no se presenta a los comicios y que dejará el acta de regidor. Fuentes municipales dicen que el reenganche de Vilaró puede obedecer a que intuye que se puede producir un cambio en el gobierno de la ciudad y eso le puede beneficiar. Las mismas fuentes recuerdan que el intendente mayor tiene todo el derecho a solicitar la reincorporación y que no había ningún impedimento para rechazarlo.
BUENA RELACIÓN CON MARAGALL
Nacido en 1957 y de ideología socialista, Vilaró tiene casi 62 años y guarda una buena relación con el alcaldable de ERC, Ernest Maragall, con quien coincidió en el Ayuntamiento cuando Pasqual Maragall era alcalde. Los últimos sondeos dan como favorito al republicano para sustituir a la líder de Barcelona en Comú al frente de la ciudad. Las encuestas electorales indican también que el panorama político en Barcelona puede quedar muy fragmentado y las quinielas sobre la posible reedición de un tripartito en la capital catalana o un pacto entre Maragall y Colau están sobre la mesa. Cualquiera de estos escenarios podría beneficiar a Vilaró.