El candidato independiente del PP a la alcaldía de Barcelona, Josep Bou, se posiciona claramente en contra del tranvía por la Diagonal. "Si quiere un tranvía, pídalo a los Reyes Magos", le ha dicho Bou a la alcaldesa Ada Colau en una entrevista en Metrópoli Abierta. El alcaldable independiente por el PP es más partidario de poner en marcha el bus D30 de punta a punta de la Diagonal, "con buses articulados de gran volumen y una frecuencia de paso cada tres minutos. Eso sí, habría que sacar el resto de líneas".

Bou opina que la puesta en marcha del tranvía "dividiría" la Diagonal en dos. "Sería una barrera arquitectónica". El candidato considera que la infraestructura también supondría un obstáculo importante para el paso de los vehículos por la avenida. "Es la salida sur de la ciudad. Es una salida muy importante. Nos vamos a quedar solo con la rondas. ¿Y si se atascan? ¿Qué saldremos en helicóptero? Hay que tener conciencia de lo que se puede hacer", argumenta Bou, que recuerda que la construcción del tranvía costaría 200 millones. "Ese dinero podría servir para otra cosa", añade el empresario, para quien el tranvía es un vehículo del pasado. "Ya lo vi desaparecer de niño".

A FAVOR DE LA L9 DEL METRO

En cambio, Bou sí que se muestra partidario de acabar la L9 del metro, cuyas obras llevan paradas varios años en su tramo central. El candidato plantea la posibilidad de que sea el Ayuntamiento quien pague la infraestructura ante el endeudamiento de la Generalitat. "Si tenemos 200 millones para el tranvía, los tendríamos para la línea 9. Habría que ver de qué manera la Generalitat, podría aportar algo. La L9 es uno de los proyectos que se tienen que acabar. Supondría una mejora importante para la movilidad junto a la puesta en marcha del bus D30 por la Diagonal".

UN CARRIL BICI PARA INDURÁIN

Sobre los carriles bici, el candidato afirma que quizá habría que hacer alguno más, pero acto seguido agrega que otros muchos de los que se han construido se tendrían que eliminar. "No estoy en contra de la bici, pero muchos de los carriles bici que ha hecho Colau son un antojo". Una infraestructura ciclista a la que no ve sentido es la de la calle de Ganduxer. "Hay que ser Induráin para subir ese carril bici".

Bou también se muestra muy crítico con que la puesta en marcha de tantos carriles bici ha hecho perder "cientos de miles de plazas de aparcamiento", argumenta. El alcaldable es del parecer que el coche tenga espacio en la ciudad porque, entre otras cosas, aporta dinero a las arcas municipales a través de los estacionamientos regulados, y los aparcamientos subterráneos de supermercados y grandes superficies son un incentivo para las compras.

LA GRATUIDAD DEL TRANSPORTE PÚBLICO, IMPOSIBLE

Hace unas semanas, Manuel Valls planteó en una entrevista en Metrópoli Abierta la necesidad de abrir un debate sobre la gratuidad del transporte público. En opinión de Bou, la propuesta es "electoralista". El candidato popular recuerda los elevados costes del transporte público y de una empresa como TMB que, por cierto, tiene una veintena de directivos con sueldos superiors a los 100.000 euros. "El transporte público hay que pagarlo, pero en su justo precio. La gratuidad no se puede contemplar. El Ayuntamiento no se puede hacer cargo, y el Área Metropolitana, tampoco".

Josep Bou es contrario  muchos de los carriles bici que hay en la ciudad / HUGO FERNÁNDEZ



En relación al conflicto entre los taxistas y los vehículos VTC, principalmente de Uber y Cabify, Bou opina que ambos tienen que convivir. "Hay que proteger al taxi. Estas aplicaciones pueden acabar con el taxi. La ciudad no sería la misma sin los colores negro y amarillo". Pero agrega que la modernidad y las nuevas tecnologías no se pueden cortar. "El taxi no puede estar solo en el mercado. No se puede liquidar la competencia. Estamos en una sociedad de libre consumo. Al taxi hay que darle cosas, reducir tasas, por ejemplo. La administración tiene que estar delante para ordenar el sector", opina el alcaldable popular.

UBER Y CABIFY SE VAN

Salvo que se produzca un nuevo giro en la situación, Uber y Cabify dejarán de operar en Barcelona este viernes coincidiendo con la entrada del decreto que regula a estos vehículos ordenado por la Generalitat. Establece, por ejemplo, que los vehículos VTC deberán fijar un periodo de precontratación de al menos 15 minutos, un tiempo que será ampliable hasta una hora en caso que los organismos competentes así lo consideren. El Área Metropolitana de Barcelona (AMB), por ejemplo, apostaría por esta opción. Por otro lado, además del tiempo de precontratación mínima, el decreto introduce la supresión de la geolocalización y medidas para evitar que estos coches VTC se mantengan circulando vacíos. 

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