El catalanismo moderado busca una salida para volver a crear un gran centro político lejos de los extremismos de la independencia unilateral y de la recentralización del Estado. Diversas fuerzas de este ámbito han mantenido contactos en los últimos meses, pero de momento no habrá ninguna decisión, a la espera de las elecciones municipales. Tras esos comicios, se reemprenderán los contactos para intentar llegar a un acuerdo estratégico.
“Hay un espacio político catalanista de centro y moderado que está huérfano. Sabemos que dada la actual radicalización de la sociedad hay poco margen para jugar al centralismo político, pero a medio plazo será de nuevo el futuro”, señala a Metrópoli Abierta una fuente conocedora de las conversaciones.
FUERZAS LIDERADAS POR LLIURES
Esas fuerzas están lideradas por Lliures, la formación que impulsan Antoni Fernández Teixidó y Roger Muntañola. También Convergents, el partido creado por el exconsejero convergente Germà Gordó entra en la misma ecuación. La intención es que también pueda entrar en la operación Units per Avançar, el grupo que lidera el democristiano Ramon Espadaler y que en estas municipales se presenta en coalición con el PSC, así como algunos grupos más de nacionalistas no independentistas y los descontentos del PDeCAT que abominan de Carles Puigdemont y su radicalización.
En Barcelona, Lliures se sumó a la candidatura de Manuel Valls tras una votación interna de la militancia. Convergents, en cambio, presenta candidatura individual, con su secretaria general, Teresa Pitarch, como cabeza de lista. Units per Avançar, por su parte, aporta a la lista de Jaume Collboni a Albert Batlle, precisamente un exsocialista que ya había sido concejal con Pasqual Maragall. “Es cierto que los partidos que pueden crear ese espacio están en estos momentos en distintas candidaturas, pero por eso es bueno dejar pasar las municipales y comenzar a trabajar con la vista puesta en el medio plazo. La moderación, tarde o temprano, volverá a ser la pieza clave de la política catalana a medio o largo plazo”.
LA SUMA DE SCC
Pero la sorpresa de la operación es el añadido de otras fuerzas que ven en esta operación la posibilidad de dinamitar la radicalización de la derecha convergente: así, la maniobra cuenta con el apoyo de Sociedad Civil Catalana (SCC), una entidad nada sospechosa de columnar con el soberanismo.
“SCC y su presidente, Josep Ramon Bosch, son conscientes de que hay que volver a crear un centro moderado catalanista para destensar la situación. En estos momento, la prioridad de Bosch pasa por aportar su granito de arena a esa operación”, explican las fuentes a este diario. En esa estrategia sabe ubicar las declaraciones moderadas y de cierta apertura del presidente de SCC durante las últimas semanas. La tolerancia hacia posturas catalanistas alarmó a algunos sectores antiindependentistas de la organización, que se encuentran en “alerta” por si hay una deriva de “demasiadas concesiones al nacionalismo”.
Especialmente alarmantes fueron para estos sectores la negativa de Bosch de participar en la manifestación en Madrid de PP, Ciudadanos y Vox por entender que era una manifestación contra el Gobierno de España. También rechazó reiteradamente la aplicación del artículo 155 como arma política porque eso sería “un gran error”. Su intención, según las fuentes consultadas, era desmarcarse de las estrategias de los partidos y marcar perfil moderado y posibilista desde la sociedad civil, nunca mejor dicho. “La intransigencia ante las tonterías de Quim Torra se complementa con la imagen y la estrategia de moderación en los asuntos que tienen que ver con Cataluña”, subrayan.
UN INTERLOCUTOR VÁLIDO
Las fuentes aseguran que SCC “está enterada de todas las conversaciones y contactos que ha habido y ve con buenos ojos la materialización de ese centro catalanista con el que puede discutir e incluso negociar, frente a la deriva actual del soberanismo encarnado por ERC o los de Puigdemont y sus satélites de PDeCAT, Junts per Catalunya o la Crida Nacional. No se trata de renunciar a nada, porque SCC no renuncia ni a la unidad de España ni a ninguno de sus principios. Pero es una buena noticia el que haya un centro moderado con cara y ojos en Cataluña, un catalanismo con el que se puede hablar civilizadamente”.
La organización antiindependentista no aflojará en su estrategia. Esta semana, presentó, junto a Abogados Catalanes por la Constitución (ACC) un escrito de alegaciones al Tribunal de Cuentas para que se investigue a Carles Puigdemont por gastos de la Generalitat durante la preparación del referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017. Además, prepara, junto a otras organizaciones más iniciativas (alguna incluso internacional) para denunciar acciones concretas del independentismo contra los derechos civiles y políticos de los constitucionalistas.
Estas iniciativas, zanjan, no son incompatibles con la relación de “buena vecindad” que SCC pudiera tener con fuerzas nacionalistas de talante moderado.