Sprint final de los partidos de cara a las inminentes elecciones municipales. Barcelona en Comú, la formación de Ada Colau, presentará este domingo el lema de su campaña y realizará la clásica foto de grupo para hacer una demostración de fuerza. Lo hará en Glòries, cerca de su sede, donde estos días acude con mayor regularidad. El equipo de la alcaldesa ha tenido cuatro años para tejer una red de activistas fieles que la respalden y la aúpen de nuevo al poder para revalidar su mandato. No obstante, el hecho de gobernar también ha desgastado su figura y a su formación, a quien las encuestas sitúan en segundo lugar por detrás de ERC. Colau se ha granjeado enemigos de diferente índole: trabajadores de cuello azul y blanco, empresarios, gremios de la ciudad, asociaciones de vecinos, ecologistas y un largo etcétera.
Muchos de ellos no asistirán a la "foto de familia" que ha convocado Barcelona en Comú por las redes sociales, donde el acto ha suscitado poco interés. En Facebook, el evento cuenta con tan sólo 190 personas confirmadas, muchos de los cuales son los propios militantes del partido.
QUEJAS DE LOS COMERCIANTES
Quien no asistirá a la foto de familia de Colau es la asociación Barcelona Oberta, la unión de ejes comerciales turísticos que comparten una visión sobre el papel del comercio en la ciudad. Su presidente, Gabriel Jené, ha sido muy crítico con la gestión de la alcaldesa, a quien responsabiliza de la expansión del top manta en la capital catalana. “Ahora no es el momento de dinamitar la campaña, pero Barcelona tiene que recuperar su confianza en el sector económico y la colaboración pública-privada que tan buenos resultados ha dado históricamente a la ciudad”, esgrime Jené. “En los últimos años hemos vivido una época de gran desconfianza. Falta diálogo y voluntad para afrontar la transformación del comercio en Barcelona”, añade el presidente de Barcelona Oberta.
Otra entidad muy crítica con la gestión de los comuns ha sido el Gremi de Restauració. La gestión de las terrazas ha indignado a sus responsables, hartos de las medidas represivas del actual gobierno en contraste con su permisividad con la inseguridad, la venta ilegal, el top manta o el descontrol con la venta en las playas. “En Ciutat Vella, 100 de las 400 terrazas del distrito recibieron algún tipo de amenaza”, denunció Roger Pallarols, director del Gremi de Restauración, muy crítico con la gestión y el talante de Gala Pin. Él tampoco irá este domingo a Glòries para hacerse una foto con la alcaldesa.
HUELGAS DE TRABAJADORES
Pero las críticas no son sólo de empresarios y comerciantes, sino también de los trabajadores, muchos de los cuales respaldaron a Ada Colau en las elecciones de 2015. Los empleados del 010, por ejemplo, han protagonizado varias huelgas indefinidas en los últimos meses en las que no han encontrado el apoyo del gobierno municipal.
Quienes también han encadenado diversos paros durante toda la legislatura han sido los trabajadores de TMB, con la protesta destacada de los empleados del metro. El último enfrentamiento que han mantenido --y que sigue vigente-- con el Ejecutivo local se debe a la crisis del amianto y a su gestión por parte de la empresa municipal. En este caso, los trabajadores han convocado una nueva huelga en plena campaña electoral, lo que puede enturbiar la imagen que pretende proyectar Ada Colau. El pasado lunes los empleados del suburbano ya protestaron frente a la sede de Barcelona en Comú, situada en la calle Marina, para señalarlos como los "responsables" de sus huelgas.
En el caso de los ecologistas, la alcaldesa se ha encontrado con un frente abierto contra la asociación Aire Net, que clama por el cierre de la incineradora Tersa, situada en Sant Adrià del Besòs y dependiente de la empresa municipal B:SM. El gobierno local se niega, pese a haberlo prometido durante pasada la campaña electoral. Tras cuatro años de gobierno, vuelven los días de las promesas. Ahora, en cambio, hay una diferencia: la nueva política ya no es desconocida para algunos colectivos de la ciudad, que han optado por dar la espalda al que en 2015 fue el partido más votado en Barcelona.